1 de julio de 2024

Domund

Domingo mundial de las misiones 

El Domund es una jornada universal, que se celebra cada año, en todo el mundo, el penúltimo domingo de octubre, para apoyar a los misioneros en su labor evangelizadora entre los más pobres. 

El Domund es una llamada a la responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización. Es el día en que la Iglesia lanza una especial invitación a amar y apoyar la causa misionera. 

Los misioneros dan a conocer, a todos, el anuncio de Jesús, especialmente, en aquellos lugares del mundo donde más se necesita llevar ese mensaje de amor. Corazones fervientes, pies en camino es el mensaje de este año para las misiones, reflexionando sobre este encuentro con Jesús y la transformación de los discípulos.  

El Papa Francisco comentaba que el Señor resucitado es cercano a sus discípulos misioneros y camina con ellos, especialmente, cuando se sienten perdidos y desanimados. Pies que se ponen en camino…no es posible encontrar verdaderamente a Jesús resucitado, sin sentirse impulsados por el deseo de comunicarlo a todos.  

Por lo tanto, el primer y principal recurso de la misión lo constituyen aquellos que han reconocido a Cristo resucitado, en las escrituras y en la Eucaristía, que llevan su fuego en el corazón y su luz en la mirada. Ellos pueden testimoniar la vida que no muere más, incluso en las situaciones más difíciles y en los momentos más oscuros.  

Ese encuentro personal, con Cristo, hace que los ojos de las personas se abran y nos mueve a la acción. Así, los misioneros se ponen en camino y entregan su vida para que el Evangelio llegue a cada rinconcito del mundo. 

Sin embargo, los misioneros también se enfrentan a algunos problemas, como el rechazo por las diferencias culturales; ejercitan la paciencia, amor y perseverancia; y qué decir de la soledad, pues, muchas veces, se encuentran sin amigos con quien compartir su día a día, por eso, es muy importante el acompañamiento, los mensajes de los amigos que se quedaron en casa; la oración de las familias; el sostenimiento económico; el idioma, ir aprendiendo palabras nuevas, modismos que le permitan dar su mensaje. 

No es nada fácil ser misionero, pero, sin duda, es una gran alegría ir al encuentro de los hermanos y encontrarnos con ese Jesús en cada sonrisa, en cada palabra. 

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