por El pasado sábado 9 de septiembre, todos los grupos de la Parroquia fuimos convocados por nuestro querido párroco el P. Giancarlo Tomao, M.Sp.S., para participar en la Misa de Envío 2023/2024. La Eucaristía se celebró bajo el amparo de Santa María de Guadalupe.
El P. Giancarlo nos exhortó a no dejarnos apartar de la esperanza del Evangelio, que tanto hemos escuchado en nuestros grupos. También, nos alentó a servir con alegría en nuestros ministerios de tal manera que podamos abrazar a los hermanos que apenas están conociendo al Señor.
Después de la Homilía, se procedió a una dinámica de integración, donde cada uno debíamos compartir y responder a la pregunta, ¿cuál es el carisma de tu ministerio?, por ejemplo:
Alianza de Amor, dar consuelo al corazón herido de Jesús, por medio de la oración y caridad hacia los hermanos necesitados; Prematrimonial, comprender que en el matrimonio “Jesús es la Verdad el Camino y la Vida; Promotores Voluntarios de la Formación, apoyar la Pastoral Vocacional de los M.Sp.S., la formación integral de los jóvenes y de sus familias, y publicación medios digitales de la revista Ven y Sígueme; Evangelización, llevar a otros a Dios por medio de un “Encuentro con Cristo Vivo” …
El p. Giancarlo procedió a dar el Envío con una Bendición muy bonita y llena de sentido:
Oración de Envío
Señor Jesús, tú llamas y envías a nuestros hermanos
para que, por ti, en tu nombre y con la fuerza de tu Espíritu,
vayan y anuncien la buena noticia, tengan cuidado de ser hermanos
y les asistan con solicitud.
Hoy que iniciamos este nuevo curso pastoral, te pedimos que todos estos enviados tuyos
tengan el cuidado y las actitudes propias de ti, Jesús, nuestro buen pastor.
Que busquen a sus hermanos cuando se alejen o extravíen,
que sean misericordiosos con ellos,
que les hagan tomar conciencia de la dignidad de hijos de Dios que ellos tienen,
que los acojan con alegría, en sus aciertos y en sus errores,
que como hermanos ofrezcan toda la riqueza del Padre,
al servicio de los demás, en especial de los más débiles y, siempre,
sin importar su conducta, celebren su participación en nuestra comunidad
como amorosos hermanos suyos.
Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo los acompañe en la misión que les ha encomendado.
Amén
