El ruido no hace bien, el bien no hace ruido
“El ruido no hace bien; el bien no hace ruido”, es una de las frases más conocidas, de San Vicente de Paul, y lleva consigo un significado muy importante para poner en acción en nuestra vida.
Que las buenas obras que hagamos sean en silencio, sin testigos. Como se dice comúnmente, que nuestra mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. El bien que se hace calladamente es el que tiene auténtico valor ante Dios.
Cuando se hace un bien a alguna persona, no se debe estar divulgando por todas partes, solo se hace, por el deseo de hacerlo y hacerlo de corazón, sin pretender recibir reconocimientos por parte de los demás.
San Vicente de Paúl tenía, como regla importante, el silencio en el servicio a los pobres para evitar protagonismos. Porque el fruto del auténtico silencio es la acción.
Esta frase puede resumir bien la historia de San José, hombre de bien, que pasa por el Nuevo Testamento sin hacer ruido. De hecho, no conservamos de él ni una sola palabra, porque su vida entera es una palabra elocuente.
El Papa Francisco menciona, en un discurso, una frase muy bonita: “El bien no hace ruido, pero construye el mundo”, y es algo muy cierto, podemos construir un mundo mejor, no con palabras, sino con nuestras acciones, que ellas muestren nuestro amor, fe, compromiso y solidaridad hacia los demás, hacia Dios y hacia nosotros mismos.