por El lenguaje de Dios
Queridos lectores, ahora, quiero reflexionar sobre ¿cómo escuchar la voz de Dios? Como
cristianos, debemos aprender el lenguaje de Dios; hay que entender las formas en que Dios
se comunica. ¿Por qué? Porque Dios quiere establecer una relación de intimidad con cada
uno de nosotros.
Como cristianos, necesitamos tomar conciencia de “¿a qué me llama Dios?” Y, para
comenzar, diremos que Dios nos da tres regalos cotidianos: la fe, la esperanza y la caridad.
Fe, para creerle a Dios. Esperanza, para creer en las realidades espirituales que no se ven,
para esperar en las promesas que Dios nos hizo. Y, caridad, para participar en la vida
misma de Dios.
Por medio de estas tres gracias, Dios se comunica con nosotros, sin embargo, hay otras
formas que utiliza Dios para llamar nuestra atención y tener una intimidad con nosotros.
Con la naturaleza, Dios llama nuestra atención y nos seduce, a través de un paisaje, el olor
de un perfume, el sabor de un delicioso alimento, etc. A través de los sentidos, podemos
contemplar a Dios.
Dios expresa su voluntad en las Escrituras. Leer, releer, contemplar, orar, la Palabra de Dios
hace que podamos escoger ir a Dios siguiendo a Jesús.
Dios se comunica, también, por medio de los pobres. Acoger y atender a los que menos
tienen es la forma que Dios tiene para que vivamos una vida más justa y plena, sin apegos,
sin avaricia, que sepamos ser empáticos y compartir lo mucho que Dios nos da.
Por último, Dios se comunica por medio de su Hijo. Hay que relacionarnos con Él, sobre todo
en la Eucaristía.
Ahora, pensemos en esto, ¿qué significa percibir la voz de Dios? Que Dios nos ha visitado.
¿Y qué nos toca a nosotros? Hacer camino de regreso a Él; es decir, convertirnos, cambiar
nuestra forma de pensar, para optar por las formas de Dios.
Pidamos al Espíritu Santo nos dejemos transformar por Él, amén
