3 de julio de 2024

Encuentro personal con Dios 

Ama a Dios y abandónate a Su voluntad 

Este mes, nos corresponde tratar la décimo segunda regla de la Cadena de Amor, que dictara Jesús a Conchita Cabrera de Armida. En ella, se habla sobre el abandono total a la voluntad del Padre. ¿Me cuesta dar sin recibir nada a cambio? ¿Qué tanto escucho la voluntad de Dios en mi vida? 

En el Evangelio de Juan (5,30), Jesús dice: “No pretendo actuar según mi voluntad, sino que cumplo la voluntad del que me ha enviado.” Jesús se abandona al Padre, en cada uno de los momentos de su vida, entendiendo el abandono como obediencia filial, confiando siempre, a la luz de la escucha, a la voz del Espíritu que se le fue revelando en la oración. Ese es el modelo que Jesús nos enseñó, Él lo vivió toda su vida, percibiéndose amado y cuidado por su Padre, incluso en los peores momentos, en la cruz, cuando, al final de su vida, exclama “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas, 23,46), expresando su amor.  

Dios nos ama por quienes somos, demostrando así cómo es el verdadero amor desinteresado, que no espera recompensas, es generoso, confiado. Necesitamos esforzarnos por vivir, dándolo todo por amor, sin esperar recompensa, siguiendo el ejemplo de Cristo, el Buen Pastor que solo se preocupa por el bien de sus ovejas.  

Para poder vivir el abandono a la voluntad divina, necesitamos cultivar la virtud de la esperanza, una de las tres virtudes teologales, junto con la fe y la caridad. Estas virtudes proceden de Dios, no se pueden separar. Nos dice Conchita Cabrera que el alma que las posee no busca el bien propio, sino la gloria de Dios en todo lo que hace, siguiendo el camino de la Cruz.  

Jesús pronunció: Yo soy su esperanza y también su camino, quien me siga no andará en tinieblas, pero el camino que yo represento es el camino de la Cruz, quien quiera venir en pos de mí, tome su cruz y sígame. (CC. 6,250.251). 

Para trabajar en esta regla, es preciso hacer introspección para preguntarme: ¿Cuáles son mis intereses? ¿Cuáles son los intereses de Dios? ¿Escucho la voluntad del Padre y la llevo a cabo? ¿Cómo vivo la virtud de la esperanza? ¿Qué me propongo realizar para poder crecer en esta virtud? Acércate a la Eucaristía, ora, lee la Palabra de Dios y trata de hacer silencios para escuchar la voz del Espíritu y encontrar la voluntad de Dios en tu vida.  

Referencias: Vera, C. (2019) Vivir la Cadena de Amor. México: Publicaciones CIDEC 

Oración de abandono en Dios 

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