5 de julio de 2024

Es momento de ser joven

Con mayor frecuencia, las instituciones gubernamentales implementan diversas estrategias a favor del medioambiente. Se han puesto en funcionamiento medidas para la reducción de los viajes contaminantes, mejoramientos en la tecnología para reducir las emisiones y la prohibición del plástico de un solo uso; sin embargo, la paridad en los puestos políticos y legislativos sigue siendo un tema sensible y mal visto por algunos. 

Desde 1992, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo reconoció que el desarrollo sostenible no podrá ser alcanzado sin que exista una igualdad de género. Apoyar e impulsar la justicia de género, proteger los derechos humanos de las mujeres y valorar sus capacidades sería abrirle las puertas al manejo ético de asuntos diversos, como el de los recursos naturales. Así mismo, el enfoque de género ofrece soluciones mucho más personalizadas, que pueden potencializar la productividad y conservación de los ecosistemas a largo plazo. 

La ex directora general y presidenta del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, Naoko Ishii, asegura que “si no identificamos y corregimos las cuestiones de género, los proyectos medioambientales podrían ampliar y perpetuar la brecha existente.” 

A lo largo de los años, se ha identificado que las mujeres son las que se ven mayormente afectadas por la escasez de agua, combustible y degradación de las tierras, pues son ellas quienes se encargan de las tareas domésticas y muchas prescinden de estos recursos; por esa razón, son más conscientes sobre el deterioro del medio ambiente y sus aportaciones referentes a los recursos naturales serían muy valiosas 

Si queremos revertir el deterioro del medio ambiente, si queremos contribuir con soluciones para la emergencia del cambio climático a que nos enfrentamos, debemos respetar, valorar, aceptar y dignificar a la mujer, no solo en la calle, sino también dentro de la política y las leyes. 

Es necesario adoptar medidas que transformen el paradigma del poder masculino, bajo el que se rigen las instituciones y los sistemas. Las mujeres son tan valiosas, o más, que los hombres. Ya no podemos seguir viviendo bajo los patrones de una ideología obsoleta.  

Debemos evaluar la problemática del medioambiente y la desigualdad de género, bajo las bases del bienestar, la igualdad y la eficiencia. De no ser así, se desaprovecharían grandes conocimientos y potencial, dejando al país como al perro de las dos tortas. Como dice Caroline Lucas, “la diversidad es la clave de la resistencia y la supervivencia.” 

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