por A 18 años del regreso a la casa del Padre, de San Juan Pablo II, su mensaje sigue vigente. Siempre cercano a la juventud, llamaba a los jóvenes a ser testigos de Jesús, con el mensaje de caminar hacia la santidad de la mano de María.
“Quisiera que la juventud del mundo entero se acercase más a María, que los jóvenes tengan más confianza en ella y que confíen en ella la vida que se abre ante ellos”.
Desde el inicio y durante todo su Pontificado, en muchas ocasiones, invitó a los jóvenes a encontrar a Cristo: “Vosotros sois la esperanza de la Iglesia y del mundo, vosotros sois mi esperanza”, estas palabras de Juan Pablo II fueron pronunciadas, el 22 de octubre de 1978, en la inauguración de su pontificado; mostrando, con ello, su gran interés por la juventud.
En diferentes ocasiones, dirigió mensajes a los jóvenes, que, hoy en día, siguen conservando su importancia y relevancia.
“Como Cristo hizo, con los discípulos de Emaús, nos acompaña en nuestro camino hacia la autenticidad del testimonio, Cristo nos enseñará, mediante su espíritu, lo que tenemos que hacer, cómo debemos comportarnos, cómo llevar adelante el diálogo con el mundo contemporáneo”.
El Papa Juan Pablo II nos recuerda, a los jóvenes, que Cristo nos dijo que era el camino, la verdad y la vida: “Hay que aprender a conocer a Cristo, a amarle, para, luego, ser sus testigos, en un mundo dónde ser cristiano no está de moda. Si estamos dispuestos a ser testigos de Cristo, ese testimonio ha de ser auténtico y profundo”.
“Vigorizar pues vuestra fe, revivirla, si es débil, ¡abrid las puertas a Cristo! Abrid vuestros corazones a Cristo, acogedlo como compañero y guía de vuestro camino. Cristo pertenece a los jóvenes y los jóvenes pertenecen a Cristo”.
Hoy, aceptemos la invitación que nos hace Juan Pablo II a los jóvenes:
“¡Abrid las puertas a Cristo!”
