por Trinidad Misericordiosa
Terminamos mayo con gran gozo por Pentecostés y, apenas iniciando junio, nos volvemos a llenar de alegría con la fiesta de la Santísima Trinidad.
Qué difícil es explicar a la Trinidad, cuando no se le ha percibido, cuando no se puede citar tal cual, en la Sagrada Escritura; sin embargo, qué bello es cuando se ha experimentado su presencia en nuestra vida y decir, como exclamaba la beata Conchita Cabrera, “Es la Santísima Trinidad, es el cielo… ¡Y este Ser infinito y sin principio y eterno… y esta inmensidad me dice que me ama…!”
Cada persona de la Trinidad, como lo confesamos en el Credo, es de la misma naturaleza y, juntas, reciben la misma adoración y gloria. Conforman una unidad de amor, a la cual Jesús invita a Conchita a unirse: Simplificarse en el amor, fundirse en el amor de las Tres Divinas Personas, que forman una sola unidad; es perderse la criatura con todos sus afectos y defectos en esa unidad por esencia, desapareciendo para transformarse en Dios.
El ícono de la hermana dominica, sor Caritas Müller de Cazis, “Trinidad Misericordiosa” nos puede facilitar sentirnos en medio del mar infinito de misericordia, que el misterio de nuestro Dios Trino nos ofrece; así como la oración que está en el enlace adjunto.
Abandonémonos en los brazos amorosos del Padre, para cumplir Su voluntad en nuestra vida, confiados en que esa es la mejor manera de seguir el camino sacerdotal del Hijo que se entregó por nosotros y que el Espíritu, que procede de ambos, nos ilumine y haga su morada en nosotros, para inspirar lo que pensamos y hacemos. Que la Santísima Trinidad sea perceptible para todo aquel que nos conozca y, así, le demos continua gloria.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en un principio,
ahora y para siempre,
AMÉN
FRASE PARA FACEBOOK Celebremos la fiesta de la Santísima Trinidad dándole, con nuestros pensamientos y actos, ¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!
