5 de julio de 2024

Ofréceme y ofrécete

Pentecostés es una fiesta hermosa, con la que termina el tiempo Pascual. No podría ser de otra manera ya que, después de haber celebrado por 50 días el triunfo de Jesús sobre la muerte en la Cruz, el Espíritu Santo llega cargado de regalos.

Podemos preguntarnos ¿cuáles son estos regalos y cómo acceder a ellos? Jesús nos contesta, por medio de la beata Conchita Cabrera ¡Dichoso el espíritu que se me consagra! Yo formaré, en Él, mi nido y lo haré santo … le daré mis dones y mis frutos y conocerá una vida interior de luces y de misterios, oculta a la mayor parte de los hombres.

Tradicionalmente, los dones del Espíritu Santo, que se citan en varios pasajes de la Sagrada Escritura, son 7:  sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Los dones los da el Espíritu Santo; es decir, más allá de sus disposiciones naturales, concede al cristiano unas fuerzas determinadas y les da la oportunidad de convertirse en instrumentos especiales de Dios en este mundo.

Específicamente, los frutos del Espíritu, que cita la Palabra, son: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio (Gal 5, 22.23).

Estos son los grandes regalos, que la fiesta de Pentecostés ofrece. Escribe Conchita: El Espíritu Santo solo toca los corazones que se dejan hacer, descansa en las almas humildes, se da a las que, por Él, se sacrifican. Entonces, los poseerá haciéndolos felices en el tiempo y en la eternidad.

Estamos a días de Pentecostés, preparémonos a recibir sus regalos con un corazón humilde y dispuesto a dejar que el Espíritu Santo anide en él y realice su obra santificadora en nosotros, para, así, colaborar a que Su Reinado se extienda por toda la Tierra. María, la llena del Espíritu, nos auxilie.

Para FB

Pentecostés es una fiesta de gozo en la que el Espíritu Santo se derrama con dones y frutos para quien se dispone a recibirlos.

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