8 de julio de 2024

La coronilla de flores a María

Alguna vez, hemos escuchado que El Rosario es una de las oraciones más bonitas e importantes para nosotros los católicos. Tal vez, nos ha tocado ver a nuestras abuelitas rezarlo todas las noches.

En mi caso, fue así, escuchaba a mi abuelita rezarlo, todos los días y, en una ocasión, le pregunté qué significaba y por qué repetía esa oración varias veces. Recuerdo que me contaba sobre los tres pastorcillos, a los que se les apareció la Virgen y cómo ella les había pedido hacer esta oración; pero, también, me contaba que el Ave María eran las palabras que el Ángel Gabriel le dirigió a María en la Anunciación y cómo cada una era una florecita para la Virgen.

Nosotros también podemos ofrecer flores a la Virgen, desde nuestro corazón, como una muestra de agradecimiento, por todo lo que hace por nosotros y por nuestra familia.

Mi abuelita decía que, también, si queríamos pedir por alguna situación por la que atravesáramos o por alguna persona en especial, rezar El Rosario es algo tan grande que alcanza a la persona hasta donde se encuentre, metiéndose por cada huequito de su ser para cuidarla y protegerla.

Qué importante es enseñarle a los jóvenes y a los niños la importancia de rezar El Rosario, para que cada palabra vaya tomando sentido y resonando en cada corazón, a fin de comprender los misterios de cada día.  

Cierta vez, un sacerdote nos decía que los misterios gozosos representan las alegrías y encuentros que tenemos y que debemos aprender y agradecer por ello;  los dolorosos no solo nos ayudan a recordar los dolores de Jesús, sino a que unamos los nuestros, ofreciéndolos y dejándonos cobijar por María, nuestra Madre; los gloriosos nos animan a dar gloria a Dios, por su venida, por su Espíritu Santo a nuestra vida y los luminosos nos impulsan, para que le pidamos a la Virgen que siempre encontremos, en Jesús y María, ese rayito que ilumine nuestro caminar por la vida, siendo luz para otros, con quienes compartimos en nuestro trabajo, familia, amigos.

Me ha tocado ver a jóvenes, que están en la parada del transporte, y están con El Rosario en la mano. Inclusive, cuando viajas, tienes la sensación de que no vas solo, que alguien va cuidando tu camino.

Rezar El Rosario es de las mejores herencias que los abuelos pueden dejarte, al explicar la importancia de rezarlo con amor, pausadamente, sin prisas, siendo conscientes de que, cada Ave María, puede convertirse en nuestro sí, como el sí de María a Dios.

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