No, no es precisamente la canción de Celia Cruz, es algo en lo que yo estoy trabajando y me gustaría compartir en esta edición…
“Nadie da lo que no tiene” o, dicho de otra forma, solamente podemos dar lo que llevamos dentro. Un limón solo puede dar jugo ácido, al ser exprimido, una naranja solo puede dar jugo dulce, al ser exprimida.
Tan natural el uno como el otro y tan primitivo y básico, también:
Si almacenamos confusión, enojo y frustración, es probable que será lo mejor que podamos ofrecer; si guardamos cariño, sabiduría y alegría, será precisamente lo que compartiremos con los demás.
Ni bueno ni malo, pero es un hecho que es el reflejo de lo que llevamos dentro (limón y naranja).
Tampoco es el gran hallazgo, estoy consciente. Mi intención es destacar que, ciertamente, cada uno somos responsables de amarnos, de trabajar y de invertir en nosotros mismos, conectando con una misión propia que nos permita fluir y brillar.
Somos responsables de permitir la entrada o dejar afuera las heridas sin sanar, la falta de empatía, de respeto, de compasión y de cualquier acción, propia y ajena, que influya, afecte y ocupe ese espacio dentro de nosotros.
Somos responsables de seguir creyendo y confiando en nosotros mismos, en pocas palabras… de permitir, o no, “que llueva en nuestro carnaval” y, de ser así, decidir entonces, si corremos, sacamos el paraguas o aprovechamos la lluvia, brincamos los charcos y nos ponernos a bailar.