5 de julio de 2024

Es momento de ser joven Infancia entre barras

 

Cuando era niña, soñaba con poder tocar las nubes, esas figuras blancas en el cielo que, estaba segura, eran de algodón de azúcar. Por otro lado, mis hermanos siempre hablaban de cómo viajarían hasta el espacio y conocerían todas las estrellas que veíamos desde el jardín de nuestra casa.  

Éramos niños felices, soñando con cosas que probablemente nunca pasarían, pero nos daban esperanza, para seguir enfrentando cada día con curiosidad, para vivir apasionadamente esa etapa mágica, a la que le llamamos infancia. Fuimos niños muy afortunados, porque pudimos darnos el lujo de soñar, sin tener que darnos cuenta, a esa edad, de que todo era mucho más complicado. 

Un poco más grande, cuando me di cuenta de que las nubes no eran de algodón de azúcar, empecé a preguntarme ¿por qué yo? ¿Qué hice para ganarme tantas posibilidades en la vida? Y, como muchas cosas en este mundo, me di cuenta de que no había respuesta, que las cosas eran así y punto. Así fue como adopté cierto lema de vida: “Crear con tus posibilidades, oportunidades para los que no las tienen”.  He fallado en ponerlo en práctica, pero, cada día, trato de volver a intentarlo… 

Dicen que la niñez marca nuestro destino para siempre. Las creencias que adoptamos, los conocimientos que adquirimos y las experiencias que vivimos esos primeros años de nuestras vidas se quedan grabadas para siempre y, más adelante, nos ayudan a decidir los caminos por los cuales queramos caminar. La niñez, al final, es, nada más y nada menos, esa primera página que escribimos en nuestra historia.  

Ahora, déjame preguntarte algo, si tuvieras en tus manos el poder de cambiar, para bien, la historia de una persona, ¿lo harías? Si pudieras mejorar la infancia de alguien ¿lo harías? Si pudieras, con tus posibilidades, crear oportunidades para los que no las tienen, ¿lo harías?  

En México, más de 700 niños nacen y viven en prisión, pasan su infancia encerrados entre barras, sin poder soñar con alcanzar las estrellas, tocar las nubes y experimentar su infancia de una manera mágica. Los daños que sufren son inmensos y las primeras páginas de su historia marcan su vida y afectarán su destino para siempre.  

Es, por esto, por lo que me gustaría invitarte a que te unas a la causa de Reinserta, una organización que trabaja para transformar la vida de las y los niños que nacen y viven en prisión. Crea, con tus posibilidades, oportunidades de una mejor vida, para los que no las tienen. Piensa que tú y yo solo tuvimos que estar en cuarentena por unos meses, pero ellos, viven toda su infancia encerrados dentro de cuatro paredes.

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