8 de julio de 2024

Vocación es Descubrir tus dones y tejer con otros

Cuando los cristianos de la comunidad de Roma, más o menos en el año 58, escucharon la larga carta que recibieron del apóstol Pablo — que se leía públicamente en las asambleas de la comunidad —, se encontraron esta exhortación genial: “Es como en un cuerpo: tenemos muchos miembros, no todos con la misma función; así, aunque somos muchos, formamos con Cristo un solo cuerpo y estamos unidos unos a otros, como partes de un mismo cuerpo. Tenemos dones diversos, según la gracia que Dios ha concedido a cada uno” (Rom 12,5-6). 

No sé si a los romanos esto les sonó familiar o si les sorprendió. Pero lo que Pablo dijo, en el siglo I, sigue siendo cierto hoy. Dios ha concedido dones diversos a cada uno, para el bien de todos. ¿Te has preguntado cuáles son tus dones, los carismas que Dios te ha dado para generar vida en torno tuyo? Y, en caso afirmativo, ¿tienes claro cómo los estás poniendo en juego, ahora, en este momento de tu vida, en tus actividades cotidianas? 

En la época compleja que vivimos, con tanto dolor e incertidumbre, recordar esto es crucial. Lo que está en juego para Pablo es la salvación universal; es decir, la transformación del mundo con la fuerza de la buena noticia de Jesús.  

Creo que esto está vinculado, esencialmente, con la vocación: dones y carismas diversos, la gracia que cada quien ha recibido, puestos en juego para hacer surgir un mundo nuevo.  

La vocación personal y única de cada ser humano tiene que ver, al mismo tiempo, con la persona, la comunidad y el mundo. El mundo nuevo se anuncia, cuando construimos comunidades alternativas. Estas no cambian todo, pero anuncian que es posible otro modo de vivir, el modo Evangélico, que genera otras relaciones entre los seres humanos y con la tierra.  

Vivir tu vocación es, precisamente, esto: encontrar y abrazar apasionadamente tu aporte único para construir la nueva historia que Dios sueña, aquello para lo que fuiste creado, tu lugar original en el cuerpo de Cristo, que formamos todos y todas. 

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