5 de julio de 2024

El credo ¿Y la vida de Jesús?

¿Por qué el Credo no hace ninguna mención de la vida de Jesús? ¿Acaso no son importantes para nuestra fe sus enseñanzas y milagros? 

Como hemos comentado anteriormente, el Credo, en realidad, no es un resumen de todo lo que creemos sobre Nuestro Señor. De hecho, no menciona aspectos centrales para nuestra fe, como la Eucaristía, la oración u otros sacramentos fuera del Bautismo. De igual forma, el Credo no habla sobre las palabras y obras de Jesús, ni sobre hechos trascendentes, como su bautismo o su transfiguración. Que todo esto no figure en el Credo no quiere decir que tenga menos valor. 

Recordemos que los credos que más usamos se fueron componiendo en los primeros siglos, ante la necesidad de combatir herejías. Podemos suponer que esos aspectos de la vida de Jesús, al estar relatados a detalle en los Evangelios, no suscitaron controversias tan fuertes como otros aspectos de la fe.  

Quizás, hay otro sentido que podemos darle a esto: que la vida de Jesús se entiende mejor a la luz de su divinidad, muerte y resurrección. El Credo pone en esta perspectiva todo lo que Jesús dijo e hizo durante su vida. Para nosotros, la vida de Jesús trasciende, porque Él es Dios hecho hombre. Todas sus obras y palabras, como las recogen los Evangelios, apuntan a esta verdad fundamental. 

Si perdemos esto de vista, entonces sus prodigios y enseñanzas son comparables a la de cualquier otro sabio o líder y se quedan en el relativismo de lo simbólico, lo político, incluso, lo moral. El Credo sugiere que el centro de nuestra fe es quién es Jesucristo: Dios verdadero, que, por nuestra salvación, se hizo hombre verdadero, murió en la cruz y resucitó. Sigamos a ese Jesús vivo, quien es el camino, la verdad y la vida. 

Deja un comentario