8 de junio de 2025

Por los Caminos Desde ahora, serás

Lo esperaba, justo a tiempo, como se abre la página de una Biblia, ahí está, adelantándose un poco al tiempo fijado ayer. El sol, de nuevo sale. ¿Qué vida tendríamos sin él? Jesús es el sol rey que aparece para todo el mundo. Estemos donde estemos podemos verlo salir, estemos donde estemos aparece el sol llamado Jesús que es el Dios y crea oportunidades para todos. 

El sol amanece conmigo, ahí está… nosotros podemos aprovecharlo en el gozo del trabajo, lleno de amor, iluminará el rostro del hermano, la comunidad congregada en su nombre, el esposo y la esposa que amanecen con un sol de amor en sus miradas. 

El sol de cada día nos permite decir: “danos el pan de cada día”, “que vivamos la oportunidad de cada día”, en el día que se convierte en el día del Señor, que ha resucitado con la luz del sol, como la luz del sol que ilumina, ciega, aclara, colorea árboles y pájaros, casas e hijos de Dios. 

La salida del sol, que estoy contemplando como testigo privilegiado, invita a mi mente y corazón a entrar a la dinámica de “conocer para amar, amar para vivir, vivir para servir”. Lo estoy haciendo, estoy desbordado de gozo por el nuevo día lleno de sol, luz, sed, fe, palabras chiquitas de realidades muy grandes. 

Mi querido Señor Jesús, en todo este cuadro de luz temprana, me ilumina tu palabra, que nos habla de la esperanza que hay en tu corazón ante la expectativa de que mi vida dé frutos. El responsable del viñedo, hombre trabajador y lleno de esperanza, pide una oportunidad más de trabajo, atención y cuidado, con la seguridad de que la higuera sí dé fruto en el tiempo oportuno. 

No se dice más, mi Jesús, simplemente un silencio consentidor y lleno de esperanza. Gracias, mi Jesús, por contar siempre con el tiempo en que es posible llenar la vida de tu amor para dar frutos. Gracias, por la luz de la mañana, por el sol que baila de emoción al poder reflejar tu rostro en mi rostro. Amén. 

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