5 de julio de 2024

La gente sí cambia

Dedicado a todas aquellas personas que trabajan por mejorar todos los días 

Escucho, todos los días, decir que “la gente no cambia”, que ciertamente evoluciona o se va transformando. Ahí, ya de entrada, para mí, va implícito “el cambio”. Respeto la opinión de los demás, pero creo que tiene que ver, nuevamente, con creencias limitantes o todo aquello que hemos venido escuchando de tiempo atrás. 

El simple hecho de creer que la gente no cambia, me parece que sería afirmar que no evoluciona y, por consiguiente, no crece. Y me reconozco terca… ¿Por qué pensar que las personas no pueden cambiar, cuando el mundo se mueve todos los días, todos los años, todas las décadas?  La misma vida nos sorprende a cada rato.   

¿Cómo se hace para ver que los tiempos cambian y que las personas no? ¿Qué tan cierto es ese dicho que dice “genio y figura, hasta la sepultura”? De entrada, considero que es importante no generalizar los famosos e incómodos “siempre” o “nunca” que nos han marcado durante toda la vida. 

Es un hecho que no nos transformamos al 100%. Se nace con ciertas características, con ciertos talentos y crecemos en el seno de familias con costumbres y retos que, a la fuerza, han contribuido a forjar nuestro carácter y nuestra personalidad, pero, de ahí a pensar que las personas no cambian a lo largo de toda una vida, 30, 40 o 50 años, me parece no solamente limitante sino injusto. 

Me parece injusto desacreditar a personas que trabajan por mejorar todos los días, por voluntad y convicción propias, con el reto enorme de aspirar a ser la mejor versión de ellas mismas, con ayuda de terceros, profesionales, lecturas, talleres y de la espiritualidad, por supuesto. Me parece injusto no aplaudir a todos aquellos que pasan frente a mí y a quienes la vida les ha dado la vuelta, incluso de manera radical y han dado giros positivos a sus creencias, pensamientos y acciones. Me parece injusto creer que la gente, ya sea por edad o por madurez, pueda modificar su comportamiento, actitud y preferencias…  

Admiro el trabajo de aquellas que han logrado superar situaciones complejas y que, ahora, son más compasivas, tolerantes, generosas y amorosas, entre otras muchas virtudes. 

Reconozco que no he descubierto el hilo negro y es muy probable que el cambio se trate, solamente, de una cuestión de interpretación; de la definición o significado de este mismo sustantivo…  

El sufrimiento nos hace cambiar, la felicidad nos hace cambiar. ¡La gente sí cambia! 

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