3 de julio de 2024

Es momento de ser joven, Cambiemos nuestra capacidad de valoración 

Soy parte de la generación que ha sido moldeada por la tecnología, que vive en redes sociales, que comparte su vida, comenta, y le da likes a la de los demás. Esa generación que, cada día, es más difícil impresionar. No porque creamos que lo sabemos todo, sino porque, a través de la pantalla, podemos ver lo que ocurre en el planeta en segundos, sin cruzar fronteras. 

Podemos ver las Cataratas del Niágara en acción y el Taj Mahal a todo color; al corredor más rápido del mundo romper un récord mundial y a una leona enseñar a sus crías a cazar; los destrozos de un país en guerra y las consecuencias del cambio climático en el mar. Podemos verlo todo, sin siquiera tener que pestañear. 

La tecnología nos ha traído más beneficios que perjuicios. Nos da la posibilidad de conocer más rápidamente el mundo y sus rincones. Me atrevo a decir que forma parte de nuestra identidad como generación. Sin embargo, el poder traspasar fronteras en segundos y compartir información con el mundo nos ha hecho inmunes hacia la admiración de muchos sucesos. Y he aquí el problema. Al subir nuestros estándares de admiración, caemos en riesgo de perder la capacidad de valoración. 

A raíz de esta pandemia, el contacto que hemos tenido con el mundo exterior ha sido a través de la tecnología. Muchas personas han dicho que el mundo cambiará, pero, hace falta mucho más que esto para transformar la forma en que valoramos la vida. Para crear un verdadero cambio, hay que hacerlo desde dentro. 

En este tiempo, me he dado cuenta de que el problema con mi generación es que no entendimos que, aunque conocer el mundo a través de un teléfono no requiera de esfuerzo alguno, la construcción de nuestro planeta no fue tarea fácil… Tal vez, ahora, podamos aprender que el conocer no radica en el saber de la existencia, sino en el de valorar cada paso del proceso que hace las cosas realidad. 

De nada sirve contemplar el Taj Mahal, si no valoramos el trabajo que hubo detrás de la construcción de esta maravilla. De nada sirve viajar km enteros para conocer nuevas culturas, si no valoramos sus conocimientos. De nada sirve usar la tecnología para conocer el planeta, si no valoramos el gran regalo que es poder vivir en él. Si hay algo que aprendimos con esta pandemia es que todo puede cambiar en un segundo. 

Hoy, tenemos una oportunidad para replantearnos lo que valoramos. Para que esta pandemia cambie positivamente al mundo, debemos empezar a reconstruir nuestra propia conexión con el planeta, entender que, en cada grano de arena, ladrillo, respiro, existen los cimientos de nuestra existencia. 

¿Te unes conmigo en esta aventura? 

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