3 de julio de 2024

Las relaciones humanas Entre el amor y el interés 

El ser humano ha sido creado para poder relacionarse con sus semejantes y establecer contactos, que le permitan compartir su existencia, atendiendo a las necesidades de los demás, con las capacidades y dones que tiene para hacerlo. Algunas veces, buscando obtener alguna recompensa por ello; en otras ocasiones, entendiendo la incapacidad del otro para retribuir o agradecer su acción.  

Al saberse acompañado, el hombre siente seguridad, siempre y cuando la otra persona no manifieste una actitud desafiante o agresiva contra él. Así, el ser humano, en el entorno social donde se desarrolla, aprende a distinguir a aquellos que tienen semejanzas en actitud, comportamiento y expresión, sintiéndose cercano a ellos, estableciendo una relación de amistad.  

El amor es descubrir aquello que me acerca a los demás, sentir la alegría de lo que podemos compartir, porque nos entendemos o sentimos de una manera común. Al ir descubriendo las cosas que nos unen, aumenta la fuerza y confianza en la relación, motivándonos a compartir acciones, emociones e ideas. 

Un entorno histórico que se comparte, un espacio común en donde tenemos mayor cercanía y comunicación, el amor es el vínculo natural que supera todas las barreras que se interpongan en nuestro camino, generando vínculos de identidad, que nos proyectan al heroísmo y a dar testimonio con nuestra propia vida. 

Más, también, existe esa relación superficial, que no profundiza ni comunica, solo obtiene y extrae lo que puede o le interesa del otro, eso que llamamos interés y que va vaciando la relación, hasta convertirla en un objeto de uso, buscando solo el beneficio personal, excluyendo todo signo de verdad y de cercanía… mientras que el amor entiende la realidad y necesidad del otro, acercándola a la nuestra. 

Deja un comentario