5 de julio de 2024

Es momento de ser jóven recordando la pandemia

Hace algunas semanas, terminé de leer el libro de Edith Eger, titulado La Bailarina de Auschwitz, y no he podido dejar de pensar en ciertas frases que me han hecho reflexionar sobre lo que hemos vivido durante los años de pandemia.  

En su libro, Edith Eger dice que “los peores momentos de nuestra vida, son en realidad los momentos que nos llevan a entender nuestra valía.”  Y es aquí cuando pienso, ojalá que todos los momentos de dificultad vividos en todo el mundo, nos ayuden a redescubrir la fuerza que tenemos al unimos en un solo camino. 

Edith Eger tenía tan solo 17 años, cuando fue llevada a un campo de concentración en Polonia. A través de su libro, ella comparte que “podemos decidir ser nuestros propios carceleros o podemos decidir ser libres”, pues es una realidad que vivimos la vida a través de lo que nos dice la mente y nos enseñan los ojos.  

En ese tiempo que pasamos encerrados, nos sentimos amarrados, desesperados, sin aire. Lo importante es recordar que todo dependió de la actitud con la que afrontamos este suceso. No hay nada más poderoso que la mente al decidir ser libres, al aprender algo nuevo con cada día de encierro, al aceptar nuestras responsabilidades con el mundo, al sacar provecho al tiempo libre que tenemos, al mantener una mentalidad positiva. 

En el día a día, nos enfocamos en dar, solo para recibir; en tener constantemente la razón; en que se haga siempre lo que queremos; en recibir crédito por lo que hacemos. Envueltos en el egoísmo, nos olvidamos de que la vida se construye en conjunto. Es hora de entender que nos necesitamos los unos a los otros, que, incluso cuando estuvimos separados por cuatro muros y un techo, no pudimos seguir adelante solos. La unión es imprescindible, el egoísmo ya ha vivido en nuestras calles por demasiado tiempo.  

Decidamos liberarnos de los prejuicios que nos dividen, de las ideas que nos impiden conocer gente nueva. Usemos nuestras diferencias como pegamento, para mantenernos juntos y avanzar por el camino. Descubramos la magia que podemos crear, cuando aportamos un grano de arena con nuestros conocimientos, optimismo, motivaciones y pasiones, cuando aprendemos de los demás, permaneciendo juntos para cruzar la meta, unidos como lo que somos, un solo mundo.  

¡Es hora de derribar fronteras y afrontar las dificultades juntos! 

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