por Este mes, la Iglesia celebra la festividad de Nuestra Señora de Lourdes, el 11 de febrero, el día que se conmemora la primera aparición a Bernadette, en una gruta del paraje de Massabielle, a orillas del río Gave de Pau, al occidente de Lourdes, Francia.
Aquí, un poco de la historia:
Bernadette Soubirous, una adolescente pobre, de 14 años de edad, estaba cerca de una gruta, cuando escuchó un ruido y sintió un viento. Levanta la cabeza hacia la gruta y, por primera vez, ve a la Virgen. Como ella misma describe: “Vi a una Señora vestida de blanco, con un velo también de color blanco, una cinta azul en la cintura y una rosa dorada en cada pie, las manos juntas, y un Rosario”.
El 25 de marzo (en su decimosexta aparición), la Virgen le revela su nombre a Bernadette: Yo soy la Inmaculada Concepción.
Fueron 18 apariciones, de la Virgen a Bernadette, que ocurrieron entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858.
Hoy, el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes es uno de los sitios principales de peregrinaje católico en el mundo. Recibe, actualmente, unos 8 mil millones de peregrinos por año.
La «gruta de Massabielle», también conocida como la «gruta de Lourdes», es una cavidad rocosa en la que tuvieron lugar las apariciones de la Virgen. Está situada al norte de la Basílica Superior. En un nicho, encima de la cavidad principal, hay una estatua en mármol de Carrara de Nuestra Señora de Lourdes, esculpida por el escultor Joseph Hughes Fabisch, y se inauguró el 4 de abril de 1864.
Desde la novena aparición, el 25 de febrero, un manantial fluye en la gruta. Este manantial fue acondicionado, en 1974, y el agua fue canalizada hacia un depósito bajo las basílicas. Los peregrinos pueden beber esta agua y también pueden recogerla en los grifos.
La Iglesia, por voz de los Papas, no cesa de recomendar a los católicos que presten atención al mensaje de Lourdes.
