5 de julio de 2024

Encuentro Personal con Dios

OLVÍDATE DE TI MISMO, DE TI MISMA 

Continuaremos, en esta edición, con la cadena de amor que dictara Jesús a la beata Conchita Cabrera de Armida. Ahora, avanzaremos con la sexta regla: Olvídate de ti mismo, de ti misma, y piensa solo en Jesús.  

Al meditar este punto, me encuentro con la dificultad de salir de mi ego, de mis preocupaciones, de mis apegos. Nos dice Jesús que el alma que logra subir este peldaño encontrará muchas gracias. Pero ¿cómo lograrlo? Vivimos en un mundo que nos lleva a buscar la satisfacción inmediata de nuestras necesidades, de nuestros gustos. Pocas veces, nos sacrificamos o postergamos algo que deseamos. En un mundo materialista, ¡qué difícil resulta salir de mí, para ir en pos de Dios!  

Una guía para saber cómo caminar, en este sentido, nos la brinda el Evangelio. Leemos, en Lucas 4, 40: “Al ponerse el sol, llevaron ante Jesús enfermos de todo tipo y Él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba”. ¡Qué paciencia! ¡Cuánto amor por la humanidad! Estando cansado, al terminar el día, dejaba de lado su sentir, para salir de sí, por el bien de los enfermos, quienes lo buscaban con ansias, para tener un encuentro con Él.   

El secreto para avanzar en este peldaño es el amor. El padre Félix de Jesús Rougier decía: “Las fuerzas humanas tienen un límite… ¡Pues bien!… los Misioneros del Espíritu Santo procurarán pasar siempre, solo por amor, un poco más allá de ese límite.” (ECC I y II, 176). ¿Serías capaz de hacer lo anterior por amor a Dios? Posponer los propios gustos, y aún las necesidades para darse a los demás, es un acto de gran virtud.  

La cadena de amor forja virtudes en el alma que las trabaja con ahínco. El Señor recompensa a quienes se esfuerzan cada día, cada hora, por lograrlo. Implica una renuncia interior, espiritual. No es sinónimo de privación o mortificación, sino el control de los deseos, de los sentimientos, de los recuerdos, de la imaginación, en favor del prójimo.  

Finalmente, reflexiona: En mi vida, ¿qué prioridad tiene el servicio a los demás? ¿Ofrezco mi tiempo, mi descanso, mis pertenencias? ¿Qué me propongo hacer para crecer en esta virtud de disponibilidad para los demás?  

Referencias: Vera, C. (2019) Vivir la Cadena de Amor. México: Publicaciones CIDEC 

  

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