8 de julio de 2024

Los Santos inocentes

El 28 de diciembre, es el día de los santos inocentes, en que el recordamos una terrible matanza ordenada por el rey Herodes, en su deseo por terminar con la vida del Mesías, del Salvador, del Rey de los Judíos. Sabiendo que este niño era descendiente de la casa de David ordenó que en la ciudad de Belén fueran asesinados todos los niños, desde dos años hasta recién nacidos, creyendo que con esto evitaría el reinado de amor, consuelo, luz y paz del hijo de Dios, quién vendría a acabar con la injusticia y el dolor anunciado por el profeta Isaías. Recordemos como el ángel de Dios, se presentó ante José durante el sueño, y en esta ocasión le dijo: José, José, toma al niño y a su madre y huye a Egipto por que el Rey Herodes quiere matar a Jesús. Así, José obedece y los lleva lejos de aquel lugar. Mientras esto sucedía sus soldados terminaban con la vida de seres inocentes, bajo la dolorosa y angustiosa presencia de sus padres. Se ha hablado mucho del dolor de estas madres y padres que al perder a sus hijos con tan pocos años de vida, de un momento a otro terminaron con sus ilusiones y esperanzas que se convirtieron en dolor y muerte. Al conmemorar a estos seres inocentes reconocemos que la vida solo la da Dios y solo Él la quita. Si creemos esto, entonces que está pasando hoy en nuestro mundo, en nuestro país, en nuestra comunidad. ¿Cómo es que se ha estado permitiendo que se termine con la vida de inocentes, muchos de ellos antes de nacer? ¿Qué hacemos por cambiar esto, desde actos reales para apoyar a quienes viven estas situaciones de desesperación, en donde llegan a tomar esta decisión como su única posibilidad de solución? Es verdad que una gran mayoría de nosotros defendemos la vida, defendemos el derecho que tienen estos niños dentro del vientre de sus madres, para perpetuar el respeto y la protección antes de nacer. Pero ¿qué sucede también con los derechos de los niños ya nacidos, que son rechazados y olvidados? ¿Quién vuelve a ver por ellos, donde quedan sus derechos? Son niños que mueren día a día en vida, que los vemos en las calles trabajando desde muy pequeños o son maltratados e ignorados por sus familias. Que esta navidad que acabamos de vivir, en donde arrullamos al niño Jesús en nuestros brazos nuevamente, y lo recibimos con tanto amor en nuestros corazones, nos impulse a realizar un cambio en todos estos niños, que al igual que Jesús, viven amenazados de muerte antes de nacer. Unámonos, con fuerza y poder, para realizar actos reales de ayuda y servicio, para que esto pueda cambiar y la vida dada por Dios sea igual a la vida vivida en Dios. Jesús niño guía nuestros pasos y nuestras acciones para crear lugares de apoyo y servicio para ti, en cada uno de nuestros niños quienes son responsabilidad de todos nosotros. ¡Qué la luz de Jesús nos guíe e ilumine para llevar luz a los más necesitados y que el amor de María nuestra madre nos impulse en su ejemplo, a realizar estas acciones! “Con María todo y sin ella nada”

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