por FB: El mejor regalo para Jesús es un corazón vacío y dispuesto, para que Él nazca ahí y se quede por siempre.
Falta poco para el cumpleaños de Jesús. Los cristianos de todo el mundo esperamos, con emoción, celebrar su nacimiento. El tiempo de Adviento, mediante la Liturgia, las tradiciones y algunas celebraciones especiales nos ayudan para prepararnos a celebrar ese glorioso día.
Cuando es el cumpleaños de alguien especial, entre las cosas que nos ocupan es comprar el regalo más adecuado para el cumpleañero. Algunas personas dicen que el regalo debe elegirse considerando solo el gusto del que lo da y, otras, que debe únicamente agradar al que lo recibe.
En el caso de Jesús, como la beata Conchita Cabrera, podríamos preguntarle: ¿Qué quieres, Jesús mío? Mis intereses … mi salud … mis afecciones … mis dolores … mis sacrificios … mi vida…
Y, entonces, Jesús responde: Tu corazón, hija mía, tu corazón, lleno de la más grande pureza; porque la pureza, hija, ya sabes, es como la flor del amor, lo mejor del amor y que, donde hay amor, no puede haber culpa.
El amor consiste en despojarse de sí, para que Yo solo ocupe el sitio, todo, del corazón … Y, de esto, tengo sed en este mundo corrompido, sed de corazones vacíos, para llenarlos Yo en su totalidad… sed de cruces vivas, hechas por medio del amor, de la pureza y del sacrificio.
Es decir, que Jesús no nos pide mucho… nos pide todo. Salir de nosotros mismos, para entregarnos sin reservas a Él, ser colmados de todo lo santo y perfecto y, así, nazca en nuestros corazones. Ese es el mejor regalo que podemos ofrecerle porque, juntos, complaceremos al Padre.
No podemos negarle su regalo al festejado. Jesús dijo a Conchita: Hoy, que nada quieres negarme, hija querida, niégate a ti misma, toma tu cruz y, de veras, sigue mis huellas de pureza y santo amor.
¡Vamos a adorar al niño Jesús! junto con María Santísima y San José.
