5 de julio de 2024

Pasión por Cristo, compasión por la humanidad

Mucho ruido, hoy, en el mundo…. los efectos de la pandemia, la política, la situación social en muchos países y, al final, una gran realidad … “el mundo lejos de Dios “. 

Evidenciamos el fracaso de muchas filosofías e ideales, que llevaron al hombre lejos de Dios. La misma tecnología lo ha llenado de una soberbia, dándole un corazón frío y duro, aislándolo de la humanidad. 

Muchos opinan que no tocó el corazón del mundo la pandemia y que seguimos a la deriva, sin un norte definido, divagando, perdidos… lejos de Dios. 

Una de las citas bíblicas, más lindas que conozco, habla del amor y es la primera carta del apóstol san Juan (4,7-10), que nos dice: Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.  

Y, en un tiempo en el que hemos distorsionado el verdadero significado de la palabra “amor”, tendríamos que revisar qué significa para cada uno de nosotros y, en algunos casos, volver a descubrirlo.  

La falta de amor, en nuestros días, nos ha llevado a dar poco valor a todo lo hermoso: la vida, la familia, la naturaleza, la humanidad, la felicidad, uno mismo y el otro. ¿Cómo, entonces, podemos ser parte del cambio?  

El amor definido, desde la compasión y el bienestar, debería ser la base de nuestro punto de partida. A muchos, nos tocó de manera cercana la pandemia. Yo, en lo particular, perdí, a la luz del Covid, a un ser humano maravilloso, un hombre que guio mis pasos y que, con su alegría y sabiduría, todos los días me alentó a buscar en el prójimo el rostro del Señor, monseñor Daniel Falla. 

Entonces, hoy se vuelve un referente para mi reflexión y, trayendo algunas de sus palabras, quisiera invitar a quienes llegue este corto artículo, que se tomen unos instantes para revisar su vida, su entono y, detalladamente, revisar cómo está nuestra vida desde la fe y la esperanza…  

¡Ánimo, Dios está con nosotros! 

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