3 de julio de 2024

ChitChat, encuentro personal con Dios

En el ChitChat del mes de septiembre, en el que nos volvimos a reunir en la Parroquia de la Santa Cruz, los jóvenes que asistimos hablamos sobre un tema complicado para la iglesia: la igualdad de género.  

Me da gusto que estamos aprendiendo a discutir temas difíciles, y a buscar respuestas que sean afines a nuestras creencias, respuestas que nos acerquen a Dios.  

Hicimos un ejercicio en dos cartulinas, una rosa y una azul, y escribimos las características de los hombres y las mujeres. Para mi sorpresa eran muy parecidas y al tiempo muy diferentes, pues sí ¡somos diferentes! Sin embargo, tenemos la misma dignidad, abordamos las cosas de manera distinta y, eso no nos hace menos o más uno del otro, solo nos hace distintos.  

Por ejemplo: ambos somos fuertes, pero de distintas formas: la mujer es espiritualmente muy fuerte, casi siempre son nuestras madres las que nos inculcan nuestra fe. Igualmente tendemos a crear una imagen de lo que una mujer y un hombre deben hacer o ser según nuestras vivencias, esto hace que creemos estereotipos uno del otro. Y no es tanto como debemos ser sino cómo somos, somos complemento uno del otro, encajamos perfecto como un rompecabezas pues estamos diseñados así, uno para el otro y viceversa. 

En cuanto a los roles de la mujer y el hombre en la Iglesia, nos preguntamos si la mujer tiene la suficiente relevancia en esta. 

A la conclusión que llegué es que la mujer tiene un papel y una misión sumamente importante y relevante en la Iglesia, el problema es que no es lo suficientemente valorada por la sociedad porque, créanme, las monjas no solo hacen rompope.  

Y aquí está la pregunta que me llevo de este ChitChat: ¿Qué tiene de malo que seamos distintos, si tenemos la misma dignidad?  

Si eres joven, entre 18 y 25 años, te invitamos a participar en el próximo ChitChat. Lo anunciaremos próximamente, ¡no te lo pierdas! 

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