por Empoderamiento ¿según quién?
El movimiento de las mujeres, hacia la lucha de equidad, crece y se fortalece. Sin embargo, me da la sensación de que las ideas que nos venden, sobre empoderamiento, son todo menos eso. Las industrias se han aprovechado de la causa, para conseguir fines propios y lucrar con nuestras metas y heridas.
Hace algunos años, el National Center on Sexual Exploitation condenó la presentación de la canción WAP, de los Grammys, diciendo que contribuía a la explotación de las mujeres, al normalizar y glamourizar los estereotipos de la mujer como objeto de deseo. Nos están vendiendo la idea de tomar las riendas de nuestra vida y nuestro cuerpo, a través de discursos disfrazados.
Un artículo, de Marie Claire, basado en la industria de la música, reveló que el sector del pop es «un negocio de 4.000 millones de libras anuales, en donde los hombres ocupan el 67,8% de los puestos de trabajo y poder”. En su libro, Por qué es Importante la Música, David Hesmondhalgh afirma que “grandes estrellas femeninas han quedado atrapadas, en una cultura de profunda mercantilización.”
Hoy en día, son pocas las personas que se alarman al ver a una artista desnuda en la portada de un disco. Pero si, de lo contrario, nos presentaran así a un hombre, reaccionaríamos de manera diferente.
La verdadera cuestión es qué ideas estamos absorbiendo sobre el empoderamiento, ya que existe una línea muy delgada entre la libertad y la auto cosificación, que nos hace creer que nuestro cuerpo es una herramienta para obtener poder, cuando, en realidad, es un poder débil del que, realmente, no estamos a cargo, solo existe si los demás se disponen a reconocerlo, la belleza física siempre tiene fecha de caducidad.
Somos cómplices del machismo, cuando aceptamos nuestra sexualización. Capitalizar el cuerpo y llamarle empoderamiento es cegarnos a una realidad, si al hacerlo se esclaviza y comercializa con ello. Las mujeres poseemos valores que van mucho más allá del cuerpo.
En una entrevista, que se le hizo a Cardi B, misma artista que llevó a cabo el show en los Grammys, le preguntaron si era feliz con su vida, a lo que ella respondió que a veces, pues, aunque ha podido echarle la mano a su familia y conseguir algunas cosas que quería, la manera en la que ha hecho dinero le ha quitado gran parte de su felicidad.
La realidad es que tenemos la libertad de escoger, pero no todas las decisiones nos harán verdaderamente libres, a largo plazo. Estamos luchando y educando, para que se nos respete, tengamos autoridad y podamos ser lo que queramos ser, basados en la dignidad que tenemos como seres humanos. Eso es el empoderamiento.
