8 de julio de 2024

Salud y Bienestar

¿Qué es la resistencia a la insulina? 

La insulina es una hormona, producida por el páncreas. Ayuda a que la glucosa, que se encuentra circulando en la sangre, ingrese adecuadamente a las células, para obtener la energía necesaria para la realización de las diferentes funciones.  La glucosa proviene de los alimentos de la dieta, aumenta en la sangre, después de ingerir los alimentos, el páncreas libera insulina, para ayudar a que la glucosa de la sangre ingrese a la célula.  

La resistencia a la insulina se produce cuando las células del cuerpo no responden bien a la acción de la insulina. Entonces, el páncreas libera más insulina, para ayudar a la glucosa a ingresar a la célula. La prediabetes se presenta en personas que ya padecen resistencia a la insulina, los niveles de glucosa son más altos de lo normal, pero no lo suficiente como para diagnosticar diabetes. 

Las personas que tienen más probabilidad de presentar esta resistencia son las que padecen obesidad o sobrepeso, que realizan poca o nula actividad física, mayores de 45 años, pertenecientes a la raza afroamericana o de origen hispano o latino, con un familiar directo que padezca diabetes o resistencia a la insulina o que padezca del Síndrome de Ovario Poliquístico SOP, entre otras. A pesar de que no se pueden cambiar los factores predisponentes, como la historia familiar, la edad o el grupo racial al que pertenecen, sí es posible cambiar los factores de riesgo: el estilo de vida, la alimentación, la actividad física y el estado de nutrición. 

Algunos síntomas son: cansancio, hambre a pesar de haber comido, hipertensión arterial, niveles de colesterol y triglicéridos elevados, hormigueo de manos y pies, aumento de peso, acumulación de masa grasa, en el abdomen principalmente. 

Para el tratamiento médico, están indicados algunos medicamentos, como la metformina o las sulfonilureas, de acuerdo con cada caso y con las indicaciones del médico tratante.   

Además, es necesario disminuir el grado de obesidad o sobrepeso, realizar actividad física diaria (30 a 45 minutos de caminata de intensidad moderada y de 20 a 30 minutos de ejercicios de fuerza y resistencia como natación o pesas); adecuar el plan de alimentación, evitando los alimentos ricos en azúcar y sus derivados (refrescos, helados, postres, jugos de fruta naturales y procesados, azúcar, miel, mermelada, cajeta, pasta, pan blanco, arroz, papa, caramelos, entre otros), incrementando el consumo de verdura cruda y cocida, ya que incrementa el volumen de los alimentos y aumenta la saciedad.  De preferencia, elegir cereales integrales y moderar el consumo de leguminosas y carnes rojas.  Preferir pescado blanco, dos veces a la semana, o salmón. Acompañar las ensaladas con aguacate, nueces y aceite de oliva. 

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