8 de julio de 2024

Por los caminos del Evangelio

 Fiesta grande de todos los Santos 

Esta fiesta no habla del camino, sino de la llegada, de la plenitud. Es la fiesta, posible para todos, que manifiesta la eficacia de la redención. Jesús vino a salvarnos, su acción es universal y tiene su punto de partida en un proyecto creador y su punto de llegada en una experiencia de salvación. 

Todas las religiones son de inmortalidad. Si no fuera así, no tendría sentido abrir el corazón a la fe por cien años o menos. Todas apuntan a una eternidad, que se supone más que coronar méritos, expresan el inmenso amor de Dios para con sus criaturas. 

Aunque, en la Iglesia católica, se habla de inmortalidad, se refiere más bien a resurrección y, después, la inmortalidad, no antes: todos moriremos, pero sabiendo, porque así lo aseguró Jesús, que viene la resurrección, plenitud de plenitudes en Jesús mismo y, por lo mismo, en nosotros. 

1° de noviembre, celebración de todos los santos es reconocer la eficacia de la redención de Jesús. Es adelantar el gozo de la resurrección, que llena de vida nuestro caminar y de generosidad para ser como ellos. Es lo que creemos, cuando decimos que estamos en comunión con ellos. 

Es vivir, en el aquí y ahora de nuestra existencia, la triple vocación propuesta en el Vaticano II: Todos santos, todos hermanos, todos apóstoles. 

¡Felicidades! 

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