por Renacer a la esperanza
Es innegable que, a lo largo de nuestra vida, sufrimos por la pérdida de un ser querido.
De niños, nos dolió la pérdida de esa mascota que nos acompañó en nuestros primeros años; más tarde, por aquellos amigos que, en la adolescencia, dejamos de frecuentar por “X” o “Y” circunstancia.
Tal vez, también sufrimos por la muerte de algún familiar o por la rotura de relación con hermanos, tíos, etc., pero ¿qué nos sucede cuando a quien perdemos es a nuestra pareja? A ese ser con el que nos comprometimos para toda la vida y que, por alguna o mil razones ya no está más con nosotros, al menos no de la forma en que lo soñamos.
A mí, me pasó; después de casi 30 años de relación y 25 de matrimonio. Una madrugada fría de febrero, dejó de latir el corazón de la mujer que más amaba y, el mío, recibía el dolor más grande jamás imaginado.
Los meses pasaron y yo me encontraba inmerso en las diferentes etapas de mi duelo, sin estar consciente de ello, creyendo sanar muy lentamente y, a veces, con más retrocesos que avances pues el tiempo, por sí solo, no era de ayuda y mi dolor persistía. Fue así como supe del grupo COMENZAR DE NUEVO y, por insistencia de mis hijas, decidí asistir a su retiro y algo “milagroso” sucedió en mí, allí he aprendido a dejar de sufrir y a sanar realmente.
La muerte es parte de la vida, pero perder a la pareja no siempre tiene que ver con la muerte física de la persona y sí con el desencanto o el desamor y ese tipo de pérdida también duele y ese dolor debe ser sanado.
Es por lo anterior que te invito, si estás sufriendo por la pérdida de tu pareja, ya sea por viudez, divorcio o separación, a que participes en nuestro próximo retiro presencial los días 14, 15 y 16 de octubre.
Para más información, contacta a Lucy Vives
al teléfono 55-5412-2901
