3 de julio de 2024

El niño del helado sin cacahuate

Escuché, hace poco, una reflexión en redes sociales y se me ha quedado tan presente que no puedo dejar de compartirla con ustedes, antes de que se me olvide… 

Le puse el título y aquí se las dejo: 

Un niño entra a una heladería, se sienta en una mesa y pregunta a la mesera: 

-¿Cuánto cuesta un helado de chocolate, con cacahuate? 

La mesera le responde de manera intolerante: 

-30 pesos. 

El niño revisa la bolsa de su pantalón, saca varias monedas y le pregunta nuevamente: 

-¿Cuánto cuesta un helado de chocolate, sin cacahuate? 

Ella le responde un tanto impaciente: 

-20 pesos. 

El niño le dice entonces: 

-¿Me puede traer por favor un helado de chocolate, sin cacahuate? 

La mesera le sirve el helado y deja el recibo, ahí mismo, sobre la mesa. 

El niño disfruta su helado, toma el recibo, paga en la caja y se retira. 

Cuál va siendo la sorpresa de la mesera, cuando se acerca a limpiar la mesa y se encuentra con que el niño le había dejado $10 pesos de propina… 

Lo que nos recuerda F. Usma, al analizar este texto, es lo veloces que somos para juzgar las acciones de los demás y lo lentos que somos para corregir nuestros propios pensamientos.  

 “A cada uno le parece correcta su forma de proceder, pero es el Señor quien juzga los corazones y sus intenciones”. Proverbios 21.2 

“Procura ser tan grande que todos quieran alcanzarte y tan humilde que todos quieran estar contigo”. Gandhi. 

Los invito a compartir esta reflexión. Agradezco que haya llegado hasta mí, como muchas otras, para poner mi granito de arena. 

¡Bienvenidas, todas! 

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