15 de enero de 2025

Prueba de fe

El Papa Francisco nos dice que, en el libro de Job, somos testigos de la fe que no acepta una “caricatura” de Dios, sino que grita su protesta frente al mal, para que Dios responda y revele su rostro. Y Dios, al final, responde, como siempre de forma sorprendente: muestra a Job su gloria, pero sin aplastarlo, con ternura, como hace Dios.

Job, está abatido al perder todo en la vida: riquezas, familia, al hijo y la salud. Aunque tuvo que atravesar numerosas pruebas y sufrimientos, nunca dejó de elevar su oración al Padre. Job estaba enfadado, incluso en contra de Dios, pero se negó a aceptar que Dios es un perseguidor. Y, como recompensa, Dios le devuelve el doble de todos sus bienes. Job ha comprendido el misterio de Su ternura, escondida detrás de su silencio, nos indica el Papa.

Esto representa de forma dramática lo que en la vida sucede realmente. A veces sobre una persona, sobre una familia o sobre un pueblo, se abaten pruebas demasiado pesadas, pruebas desproporcionadas respecto a la pequeñez y fragilidad humana y algunas personas se ven abrumadas por una suma de males que parecen excesivas e injustas, expresó.

Francisco comenta que todos hemos conocido personas así. Nos ha impresionado su grito, pero, a menudo, nos hemos quedado admirados frente a la firmeza de su fe y de su amor en su silencio. Pienso en personas con discapacidades o enfermas, situaciones a menudo agravadas por la escasez de recursos económicos. Es lo que ha sucedido en estos años, con la pandemia del Covid-19, y lo que está sucediendo ahora, con la guerra en Ucrania.

A veces, nos platica el Papa, encuentro gente que se me acerca y me dice que ha protestado contra Dios por ciertas situaciones. Pero, sabes que la protesta es una forma de oración, como cuando los niños protestan contra los padres para llamar su atención y pedir que les cuiden. Si tú tienes en el corazón alguna llaga, algún dolor y quieres protestar, protesta también contra Dios. Dios te escucha, Dios es Padre, Dios no se asusta de nuestra oración de protesta, ¡no! Dios entiende. Pero sé espontáneo, como un hijo con su padre, que le dice todo lo que se le ocurre porque sabe que el padre lo entiende. Dios nos escucha, aprendamos de Dios ese respeto y ternura.

¡Cuánta gente, cuántos de nosotros, después de una experiencia un poco mala, un poco oscura, da el paso y conoce a Dios mejor que antes! Y podemos decir, como Job: “Yo te conocía de oídas, mas ahora te han visto mis ojos, porque te he encontrado”. Unámonos, también, a esta súplica para que Dios aumente nuestra fe, nos aconseja el Papa.

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