3 de julio de 2024

La fuerza de las palabras

En la Biblia, nos advierten varias veces sobre la manera en que debemos de hablar.  Hay varias citas al respecto, les comparto algunas de ellas. 

En el libro de Proverbios: 

“Hay quien habla sin tino, como golpes de espada, pero la lengua de los sabios sana.” (12,18) 

“Panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos.” (16, 24) 

En Hechos de los Apóstoles: “Al oír esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.” (19, 5-6) 

En Romanos:  “Está escrito: «Tan cierto como que yo vivo — dice el Señor —, 
ante mí, se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios». (14,11) 

Las palabras son armas muy poderosas, con las que podemos bendecir o maldecir pero, en la medida en la que se hace conciencia de esto, es posible poner atención y cuidar lo que se dice. 

Especialmente, todos los bautizados debemos de cuidar nuestra lengua, pues hemos sido enviados a dar la “Buena Noticia”. 

San Pablo nos enseña, en su carta a los romanos:  “Por tanto, la fe viene de la predicación y, la predicación, por la palabra de Cristo.” (2,17) 

Pidámosle, al Espíritu Santo, que nos dé el don de la benedicencia, para que cada frase y oración que digamos sea para construir y no destruir. Que, a semejanza de Jesús, nuestro Maestro, hablemos palabras de verdad, pero sin ofender, que sean acertadas, sin ser filosas, y que, a través de ellas, demos testimonio de amor, comprensión y empatía por las personas que nos escuchan.  

https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2015/documents/papa-francesco-cotidie_20150904_morderse-la-lengua.html

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