Son muy pocas, pero contundentes, las palabras que recogen los Evangelistas, san Lucas y san Juan, de la Santísima Virgen María.
Solo en cuatro ocasiones, tenemos la oportunidad de escuchar sus palabras:
En orden cronológico, San Lucas relata La Anunciación; después, nos narra La Visitación y el rezo del Magnificat; Lucas termina de compartir las palabras de nuestra Madre, que él mismo recoge, cuando ella y San José encuentran a Jesús en el Templo después de haberse perdido tres días antes.
Finalmente, Juan nos comparte las últimas palabras de nuestra Madre, en la Biblia, durante las Bodas de Caná.
María de Nazaret no solo es nuestra Madre Celestial, sino un punto de referencia que Dios nos regala. Es por eso que, en la Letania Lauretana, la llamamos “Estrella de la Mañana”. Con su ejemplo y consejo, ella nos guía y nos orienta sobre cómo debemos vivir, para agradar a Dios y poder gozar de su presencia desde ahora.
Cuando nuestra Madre tiene el encuentro con el arcángel San Gabriel, en donde él le comunica que será la Madre del Hijo de Dios, ella contesta: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1, 38) y, en Las Bodas en Caná, María les dice a los sirvientes: «Haced lo que Él os diga.» (Jn 2, 5)
No debe de ser casualidad que el Espíritu Santo haya querido que, de las cuatro veces que la Madre de Dios nos habla en la Biblia, dos veces tengan que ver con el verbo HACER.
Ella vivió en la Tierra, siempre en una actitud humilde y discreta, haciendo la voluntad de Dios y, a las personas que estaban sirviendo en la boda, les dijo que hicieran lo que Jesús les indicara. El consejo tiene el peso de su ejemplo, ella nos dice que hagamos lo que ella hizo y sigue haciendo. Es un mensaje cortito, pero muy difícil de llevar a cabo.
Como Dios sabe que somos hijos desobedientes, no nos deja solos y nos ayuda con su presencia constante mediante la oración, los sacramentos, el acompañamiento de nuestros sacerdotes, el estudio de su Palabra y muchos recursos más, para que cada uno busquemos lo que necesitamos, para descubrir cómo vivir nuestro día a día, haciendo Su voluntad.