por En este día celebramos a la Santa Cruz, la Cruz en que murió Jesús. Esta festividad comenzó en el antiguo Jerusalén cuando se encontró esta reliquia, que es sagrada para todos los católicos.
Según cuenta la leyenda, Helena la madre de Constantino, emperatriz de Constantinopla, viajó a Jerusalén en dónde pidió que excavaran en el lugar donde se encontraba el Monte Calvario y el 3 de mayo de 326 fueron encontradas 3 cruces.
¿Entonces, cuál sería la Cruz de Jesús? Para averiguarlo, colocó las tres cruces cerca de una persona que acababa de morir. El muerto resucitó cuando le acercaron la tercera cruz: La verdadera reliquia.
Helena realizo una procesión por toda Jerusalén para mostrar la Cruz, instituyendo el 3 de mayo esta celebración. Helena fue canonizada.
Según el historiador, Eusebio de Cesaréa (272-337), Constantino I, El Grande, tuvo un sueño en el que se le aparecía una cruz luminosa y escucho una voz que le decía: “con este signo vencerás”.
Así que ordenó se pusiera una cruz en sus estandartes, sosteniendo que a partir de ese día creía en Jesús, como su madre, Helena, al final del día el venció y en agradecimiento mando que cesará la persecución de los cristianos.
Antes de morir fue bautizado y fue reconocido como el primer emperador romano cristiano.
En México, tras el sincretismo que hubo en la sociedad tras la conquista, esta festividad se unió a las celebraciones prehispánicas dando así al día del albañil.
“Nosotros hemos de gloriarnos en la Cruz de nuestro Señor Jesús”
