por Este 3 de mayo, es el 125 aniversario de las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, una de las obras de la Cruz que fundó la beata Conchita Cabrera de Armida.
Así narra cómo recibió esta enorme encomienda “de repente, oí la voz de mi Jesús, que me dijo: Habrá una congregación, que se llamará Oasis, porque allí descansará mi corazón… un lugar donde mi Padre ponga su mirada, en donde el Espíritu Santo haga su nido.
Aún sin ser religiosa, Conchita recibe una misión “Tú serás el cimiento de esta Congregación, un cimiento que no se ve y que, sin embargo, carga todo el peso del edificio”. Decía que Jesús le hizo entender cuánto le agradaba que, en ese Oasis, se diera una adoración constante, de día y de noche, con mucho fervor y adoración, en la que se pidiera por la Iglesia y por las almas.
“Por ellos, me consagro” es su lema y el programa de su vida. Se han consagrado por toda la humanidad, especialmente por los sacerdotes, para que sean configurados cada vez mas en el “sumo y eterno sacerdote” y que, a través de ellos, llegue al mundo la gracia de Dios. Nosotros, también, desde nuestra vocación, estamos llamados a sumarnos a esta oración por la santificación de nuestros sacerdotes y del mundo entero.
He tenido la oportunidad de convivir con ellas y no he conocido a ninguna Religiosa de la Cruz con gesto triste, su alegría, entusiasmo y buen humor contagian. Sobre todo, lo que más me cautiva es la paz de su mirada. Seguro, la clave es que la vida de sus comunidades gira en torno a estar ante Jesús Eucaristía, consolándolo y amándolo.
Roguemos por más vocaciones y, con gozo, repitamos lo que Conchita dijo el día de su fundación, “¡Gracias, Dios mío! ¡Gracias mil! Mi corazón y mis labios no saben decir otra cosa”. Feliz Jubileo
FB Las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús cumplen 125 años de ser el Oasis, donde el corazón de Jesús recibe consuelo y descanso.
