por “Dios me cura las heridas, pero valoro mucho a quien se sienta a mi lado”, es una cita que leí y que me gustó mucho y, después de estos dos largos años de cambios inesperados, por supuesto que se valora a quien nos ha acompañado en esta revolcada de ola, que llegó como un Tsunami.
Y, también, me encuentro con esta segunda cita que dice: “Cinco minutos de rodillas te mantienen de pie todo el día” y la cual he puesto en práctica desde hace varios meses.
Agradezco haberme topado con ambos “avisos”, mismos que comparto aquí, porque, en lo personal, me han llevado a la reflexión y a practicar el agradecimiento acompañado de la petición.
Pedir y agradecer, creo que van de la mano, es una combinación que me parece justa y razonable y lo digo en este tono, porque muchas veces escuchamos y, sobre todo en estos momentos difíciles para todos, que debemos agradecer y parecería como que el “pedir” tocara ponerlo de lado.
La gratitud es un recurso indispensable para alcanzar la felicidad y la paz interior; y pedir con humildad produce tanta paz como la solución del problema, así que resultan ser una mancuerna perfecta.
Entonces, sí, podemos dejar de sentir que debemos controlarlo todo, ponernos de rodillas cinco minutos, ponernos de pie y dejar que Dios haga SU parte.
Y, como dicen por ahí, “la tercera es la vencida” y concluyo con esta última cita, que me parece por demás reconfortante: “Déjaselo a Él y ve a descansar”.
