3 de julio de 2024

A los hombres del mundo

Creo que, como sociedad, lo hemos entendido mal. Como mujer, estoy consciente de que hay estándares, que también persiguen a los hombres. Todo es parte de un sistema, que no cambiará hasta que desmintamos estas creencias sobre lo que es un hombre de verdad. 

Desde niños, vieron que el mayor poder de los superhéroes era la fuerza física; que su valor sería medido por su destreza en los deportes y la habilidad de esconderse bajo el mejor disfraz. Pero, los verdaderos superhéroes no usan su poder para la agresión, sino para la protección. Tampoco necesitan un disfraz, pues entienden que valentía es aceptarse y mostrarse ante el mundo como son. 

Les han hecho pensar que el éxito es “no equivocarse”, cuando, en realdad, hay más mérito en romperse y recuperarse, a nunca haberse tropezado por no haberlo intentado; que no deben sentirse amenazados cuando otro lo ha logrado, cuando su valor no se ve afectado por el de junto. 

Les instruyeron para admirar a empresarios y abogados famosos, pero se les olvidó mencionar que Picasso era pintor y Beethoven un músico maravilloso. Crecieron visitando museos, en los que veían que las grandes figuras de la historia solo encontraban belleza en la mujer desnuda, pero las pinturas no les enseñaron el vacío de esos hombres, al solo encontrar valor en la belleza física que es efímera. 

Las pantallas les ilustraron que su valor se mide por el número de besos que han dado, en vez de cuánto amor han cosechado. Que dar alas y nunca emprender el vuelo es rebeldía, cuando, en realidad, enamorar, para no amar, es cobardía 

En los libros, leyeron que los hombres no se expresan, cuando es más humano tener la valentía de abrirse a los demás, aun sabiendo que podrás ser juzgado; que los débiles son solo aquellos que lloran, cuando la debilidad no viene de ser vulnerable, sino de resistirse a reconocer sus heridas. 

¡Hombres, de verdad, eso es de lo que hay necesidad! Hombres que actúen con más humanidad; que sean llamados exitosos por explorar emociones y crear con ellas canciones; que sepan que juzgar a una mujer, por su fisico, es como pensar que no hay nada más allá del cielo; que sepan que su valor no reside en el número de un cheque, sino en la perseverancia y esfuerzo de sus acciones. 

Superhéroes que, también, usen lentes y sean transparentes. Superhéroes llamados fuertes y valientes, por atreverse a amar sin sentir la necesidad de escapar; que sepan confiar en sí mismos y que no serán vulnerables si alguien les alcanza; que lloren, porque saben que es la única manera de no morirse ahogados en la tormenta del dolor, ni sedientos en el desierto del vacío. 

Caballeros que transformen vidas con palabras y no solo espadas. Caballeros que sepan que la caballerosidad no es sinónimo de superioridad y que el amor no se consigue a base del poder, la dominación o la sumisión, sino de la aceptación y entrega mutua. Hombres de verdad, personas reales que sientan, lloren, teman, combatan, exploren, alcancen, avancen y, sobre todo, amen. Esos son los hombres de verdad. 

Deja un comentario