5 de julio de 2024

En defensa de la familia: un patrón paternal

Este título, puede sonar redundante, pues la palabra “patrón” tiene la misma raíz que “padre”.

Un empresario, de la provincia, decidió establecer un negocio, en la capital. Para ello, consiguió que, varios obreros y un supervisor, fuesen con él. 

El supervisor, persona de plena confianza del patrón, cuyo padre y un hermano también trabajaban en la misma empresa, aceptó gustoso. A tal grado lo apreciaba, que lo invitó a ser padrino de su boda.

Al cabo de varios años, el patrón, sus hijos y otros socios, pusieron un negocio, relacionado con el primero, en un edificio vecino, construido expresamente para ello.

Debido a que el supervisor era un hombre honrado y capaz, frecuentemente, acudía al nuevo negocio, para prestar alguna ayuda requerida. Se le facilitaba, pues tenía su casa en la parte alta del primer edificio. Empero, esto le daba la oportunidad de relacionarse con algunas trabajadoras del negocio.

Al correr del tiempo, cada año, se celebraba el aniversario de la segunda empresa, con una comida, con abundancia de bebidas alcohólicas y la actuación de algún grupo musical. Generalmente, se efectuaba en sábado, cuando aún se trabajaba en esos días. Siempre, se invitaba al supervisor y a su familia.

En una de esas celebraciones, al “calor” del alcohol, nuestro personaje, dejando en la mesa a su familia, se levantó y se puso a bailar con una de sus “amigas”. Su esposa e hijos, con gran vergüenza, fueron a suplicarle que retornara a su mesa, lo cual lograron, no sin antes discutir mucho.

El lunes siguiente, el patrón llamó a su oficina al supervisor, amonestándolo severamente, por haber humillado a su familia con aquel suceso de la fiesta. Consideró, como un deber, tratar de corregir a su empleado, que había pasado por ese grave error.

Deja un comentario