por Es verdad que Jesús ama a todos por igual, sin condicionamientos, pero también experimentó la amistad con quienes eran más cercanos a Él, sus discípulos. Jesús quiso tener varios amigos, para que le acompañaran y aprendieran todo lo que les iba enseñando. También, para que compartieran sus alegrías y sus tristezas. Estos amigos acompañaron a Jesús en su vida y misión. Por ellos, es que hoy nosotros conocemos las palabras y mensaje de amor de Jesús.
Jesús va juntando amigos, para enseñarles a hacer el bien, a compartir, a orar, a llevar el mensaje de Dios a los demás. A nosotros, también nos alcanza esta enseñanza.
¿Qué nos enseña Jesús sobre la amistad?
1. Un amigo abre su corazón.
Jesús lo hizo, sobre todo, en la Última Cena, compartiéndoles las palabras que salieron de su corazón y demostrándoles el inmenso amor que les tenía.
2. No tiene miedo de mostrarse frágil.
Jesús se mostró frágil en el Huerto de los Olivos, haciéndoles notar a sus apóstoles su dolor e incluso su miedo.
3. Un amigo te dice lo que piensa.
Jesús les decía las cosas a sus discípulos con mucha claridad. A Pedro, le llamó la atención con mucha fuerza y, a Tomás, le hizo notar su falta de fe.
4. Da la vida por ti.
Jesús lo hizo y nos enseñó el gran valor de ofrecer todo por los amigos. Nosotros, quizás, no tengamos que dar la vida «físicamente», como Él lo hizo. Sin embargo, a nuestros amigos, les podemos dar tiempo, preocupación, cariño, nuestros dones, un consejo…
5. Te conduce a Dios.
Esta es la cualidad más importante de un amigo, acercar a los amigos a Dios y ayudarlos a crecer en la fe.
Mantengamos viva y activa nuestra amistad con Jesús.
Cf. – 1. Jn 13-17 / 2. Mt 26,38 / 3. Mt 16,23 / 4. Jn 15,13-14 / 5. Jn 14,9
