por Son alimentos en los que alguno de sus componentes afectan de manera positiva y específica a algunas de las funciones del organismo, promoviendo así un efecto fisiológico y psicológico, además del valor de su contenido nutricional. Este efecto contribuye al mantenimiento de la salud y a la prevención de enfermedades.
Entre ellos encontramos a los Prebióticos y a los Microorganismos Probióticos.
Dentro de los Prebióticos, encontramos a la fibra dietética que es la parte no digerible de los alimentos, esta pasa intacta al intestino, se encuentra de forma natural en las verduras y en las frutas, así como en la cascarilla de los cereales y en las leguminosas, sirve de alimento para los microorganismos probióticos.
La recomendación diaria de fibra según la Academy of Nutrition and Dietetics es de 25 gramos para las mujeres y 38 gramos para los hombres menores de 50 años. Para los mayores de 50 años esta recomendación es un poco menor 21 gramos para las mujeres y 30 gramos para los hombres.
Algunos ejemplos de alimentos y su contenido de fibra soluble (1 taza avena cocida 4 gramos, 1 pieza chica de mango 3.4 gramos, ½ taza frijoles negros 2.4 gramos), ejemplos de alimentos y su contenido de fibra insoluble (1/2 taza salvado de trigo 11.3 gramos, ½ taza frijoles negros 3.7 gramos, ½ taza camote 2.2 gramos).
Un adecuado consumo de fibra dietética ayuda en la prevención del estreñimiento, del cáncer de colon, de la diabetes mellitus entre otras.
Los Microorganismos Probióticos son las bacterias buenas que ayudan a restaurar la flora intestinal, las que se utilizan con mayor frecuencia en la alimentación, deben ser capaces de atravesar por el tracto digestivo sin ser afectadas, poder sobrevivir el medio ácido del estómago para lograr llegar al intestino y proliferarse de manera adecuada, formando parte de la flora intestinal benéfica.
Las especies más utilizadas y estudiadas son: Lacobaillus acidophilus, Lactobacillus rhamnosus GG y Lactobacillus casei DN11401(sirven para tratar la diarrea asociada al consumo de antibióticos, en el tratamiento de rotavirus en niños y en la diarrea del viajero). También ayudan a reforzar el sistema inmune y contribuyen a la absorción adecuada de los nutrimentos en el intestino. Algunos ejemplos de alimentos que los contienen son: leches fermentadas, yogurt, kéfir, entre otros.
