3 de julio de 2024
Jóvenes entusiastas trabajando, tratando de convercerse de sus ideas y proyectos

¡Hazte Ateo!

Siempre ha habido una confusión entre el ateísmo y el agnóstico. El ateo es aquel que niega por completo la existencia de Dios y el agnóstico es aquel que no niega su existencia, sin embargo, centra su vida en la capacidad del hombre en lugar de la capacidad de Dios.

Hace unos días, platicando con un amigo me decía «yo creo en Dios». Cuando una oración comienza así estoy acostumbrada a escuchar el «pero», está no fue la excepción: «pero, no lo entiendo, no entiendo como algo que deseo tanto puede Él decir simplemente que no; no entiendo cómo puede negarnos aquello que nos da felicidad; no entiendo cómo podría juzgarnos por aquello que a veces hacemos mal o cómo podría castigarnos por aquello que nos gusta, quitándonos libertad y poniendo demasiadas reglas»

Mi amigo esperaba un mega discurso basado en teología, filosofía y quizá hasta mi experiencia. Sin embargo, mi mejor consejo para él fue: «Hazte ateo».

Los ojos de mi amigo se abrieron completamente y no supo que contestarme. No esperaba que ese fuera mi consejo y creo que tú, qué lees esta revista católica, te has de preguntar ¿Por qué en la vida daría ese consejo?

Continué diciéndole : Hazte ateo, pero por favor, hazte ateo de ese Dios aburrido, rencoroso y castigador que te lleva a creer que así es el amor de Dios. Hazte ateo de ese Dios vengativo, lejano y vigilante que solo espera a que nos equivoquemos para echarte en cara todos tus pecados.

Porque tu Dios es un Dios rarísimo que esta profundamente creado y basado en tu miedo, temores y malas experiencias, que solo han generado angustias y que le eches la culpa a Él.

Dios es quien es y eso no es la suma de tu opinión, tus experiencias o tus creencias.

Dios ha venido a la tierra y ha dicho quién es. Entonces, hazte ateo de ese Dios porque ese Dios no existe, le tienes miedo a un Dios cruel, con el dedo levantado e indiferente a lo que te pasa.

Hazte ateo y ten una nueva conversión, atrévete a conocer a ese Dios del que habló Jesús: Un Dios de amor y un Dios bueno.

Si yo te contara que existe un Dios que te lava los pies, que lloró, que rió, que te acompañó y siempre estará a tu lado; que se preocupa por ti y por tu amor, que quiere lo mejor para ti. Un Dios que amó y fue traicionado por sus amigos; que amó y fue injustamente tratado. Un Dios que ama y espera con paciencia a que tú quieras amarlo, respetando tu libertad. ¿Me creerías? O tú, ¿en qué Dios crees?

Deja un comentario