3 de julio de 2024

San Martín Caballero

Cuando era niña, vivía en un fraccionamiento, en el Estado de México, que colindaba con el campo y, seguido, emprendíamos paseos familiares. En una ocasión, que caminaba con mi abuela, encontré una herradura de caballo, la recogí y pensé: “Es de buena suerte”, así que la conservé. Posteriormente, escuché la historia de un santo muy famoso, en muchos negocios tienen su imagen con una veladora encendida, pues es el patrono de los comerciantes. Me refiero a San Martín Caballero.

El 11 de noviembre, la iglesia celebra a San Martín de Tours, nacido en Hungría, en el año 315, de padre militar. En su niñez, fue llevado a Roma. La tradición dictaba que, al ser hijo de militar, él debía serlo también. Su iconografía es precisamente la de un caballero romano con armadura. A los 18 años, Martín conoció la buena nueva del Evangelio y, con una gran fe, se bautizó.

Cierto día de invierno, al ir cabalgando, se encontró con un hombre semidesnudo, con frío, que imploraba su ayuda. Martín se compadeció de él, pero, al no tener nada que ofrecerle, solo le quedaba su capa. La ley romana implicaba que los militares pagaran la mitad de sus uniformes, por lo que solo la mitad de la capa le pertenecía. Entonces, tomó su espada y partió la capa para auxiliar al pobre indigente. Después de este suceso, se retiró de la vida militar, dedicándose a realizar obras de caridad. Dios no nos pide más de lo que podamos dar, Martín solo podía dar la parte de la capa que le pertenecía. En adelante, Martín se consagró al servicio de la iglesia en la población de Tours, Francia, celebrando misa, bautizos, evangelizando y ayudando a los más necesitados, a quienes visitaba montado en su caballo.

Los fieles, para llamarlo a sus domicilios, colgaban una herradura en el dintel de sus puertas. Se produjeron muchos milagros gracias a su intercesión. Martín muere, el 8 de noviembre del 398. Desde entonces, los fieles agradecían su intercesión colgando herraduras. No obstante, las herraduras no son amuletos de buena suerte, pidamos a San Martín su intercesión poniendo la mitad que a cada uno nos corresponde para el buen trato y servicio a nuestros semejantes.  

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