3 de julio de 2024

Nuevos Propósitos y la carabina de Ambrosio

¿Tradición o convicción?

Y arrancamos el año con los propósitos que nos propusimos cumplir, este nuevo año, pero…

¿En qué momento? ¿En qué estaba yo pensando? ¿Me invadió la euforia de la tradición?

Comentaban, por ahí, acerca de un estudio (y la fuente no la confirmaron, pero le creo), que menciona que es solamente un 8% de los entusiastas quienes logran cumplir los propósitos prometidos y que, algunos y me incluyo en esta categoría, solo llegamos con ese “ánimo” hasta mediados de enero.

Independientemente de lo que ya sabemos acerca de lo ambiciosos u optimistas que somos al plantearnos cumplir metas poco realistas, no pensamos que pasar de “un año a otro” significa literalmente UN DÍA DESPUÉS,es decir, que el mal hábito o la desidia han estado presentes durante mucho tiempo y que es irrelevante la fecha que elijamos para arrancar con el cumplimiento del propósito, si no tenemos la convicción de cumplirlo, sobre todo aquellos que más trabajo nos cuesta corregir o erradicar y para los que urge, sin duda, buscar una solución inmediata, sin importar si es marzo, julio o diciembre.

Hacer propósitos, al final del año, es una tradición fastidiosa e incómoda cuando las metas se enfocan en las malas costumbres y acciones que, pocas veces o nunca, cambiamos, pero, cuando nos planteamos realizar acciones positivas, no solamente para nosotros sino para muchos, son incluso los beneficios los que nos encuentran, sin saber ni cómo ni cuándo llegan a nosotros.

Y me refiero a que, muchas veces, la motivación viene cuando involucramos y pensamos en los demás; cuando compartimos, reímos, escuchamos, comprendemos y cuando actuamos en función de todo aquello que enriquece el espíritu; y es así, sin proponerlo siquiera, que nuestra energía aumenta, el ánimo crece y hacemos y logramos cosas que, en principio, nos permiten obtener el ser una mejor versión de nosotros mismos.

“Y, por añadidura -y un poco de esfuerzo- lo demás se te dará”. (De una fuente totalmente fidedigna).

¡Bienvenido 2022!

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