3 de julio de 2024

¡Sí a la vida!

He leído un artículo en el periódico, cuyo objetivo era hacer público el «Aplauso a la Suprema Corte por la despenalización del aborto»: “En este caso, yo los aplaudo. Han dado un paso histórico, para superar el conservadurismo que todavía existe en el país, posicionándose como una institución liberal, que protege los derechos constitucionales de las personas, a decidir de acuerdo con sus convicciones”, decía el artículo.

Hay, en la sociedad, una falta de conciencia, al aplaudir este hecho…

Estos actos genocidas provienen de luchas de poder, impulsadas por hombres y mujeres que han tenido el derecho de nacer y quitan la posibilidad de vida a millones de inocentes. Estos hechos emanan de quienes promueven la implantación de la cultura de la muerte y de quienes quieren vivir en libertinaje.

Ya no se trata de discutir si se trata de tu verdad o mi verdad: Se trata del derecho a la vida que tiene toda criatura de Dios.

Debemos reflexionar: ¿Quién nos otorgó el derecho a decidir lo que está bien o lo que está mal? Hoy, vivimos decidiendo lo que no nos corresponde.

Como católicos, nos oponemos a vivir bajo las leyes que quiere injertar el Nuevo Orden Mundial.  Porque la vida no es dada, de un hombre, a los hombres; la vida nos la da el único Dios, Todopoderoso, creador de todo cuanto existe, y es Él.

Pidamos, al Espíritu Santo y por las manos de la Virgen María, que “no nos acomodemos a la forma de pensar del mundo presente; antes bien, que nos ayude a transformarnos mediante la renovación de nuestra mente, de forma que podamos distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo bello, lo perfecto”.  (Rm.12,2).  Por nuestro Señor Jesucristo, amén.

Digamos «¡Sí a la vida!»

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