5 de julio de 2024

Cristo, ¿Rey?

En el mes de noviembre, celebramos la fiesta de Cristo Rey, dependiendo de la fecha de último domingo del año litúrgico y nos recuerda que Cristo es el verdadero Rey que debe reinar en nuestros corazones, culminando de esta manera el calendario litúrgico.

Pero, ¿qué significa esta fiesta en este mundo globalizado y postmoderno? ¿Tiene algún sentido, cuando las monarquías están reducidas a unos cuantos países y, en casi todos, son “figuras decorativas”?

Refirámonos a la Palabra de Dios, en el Evangelio de San Juan ( 18, 30-38 ):

“Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó:

– ¿Eres, Tú, el rey de los judíos?

Jesús le dijo:

– ¿Eso lo preguntas, tú, por tu cuenta o porque te lo han dicho de mí?, le contestó Pilato:

– ¿Acaso soy yo judío? Los de tu nación y los jefes de los sacerdotes son los que te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?

Jesús le contestó:

– Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendría gente a mi servicio que pelearía, para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.

Le preguntó, entonces, Pilato:

– Ergo, rex est tu?, expresión en latín, que significa: “¿así que tú eres rey?”

Esta es la pregunta “crítica”. Pilato, como político investido de gran poder, no puede creer que aquel hombre, humillado, acusado y torturado, a quien quieren condenar a muerte, sea rey.

“Ergo, rex est tu?” han preguntado y siguen preguntando los Pilatos de todos los tiempos. No solamente los poderosos, sino gente de todos los niveles de las sociedades.

Pero Cristo responde, ahora y siempre, como contestó a Pilato, la pregunta:

– Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me escuchan. Cristo proclama y reafirma su Reino: El Reino de la Verdad.

Los que no creen en la Verdad, como Pilato, se oponen al Reino de Cristo, se ciegan voluntariamente, la atacan con una fiereza inusitada.

Nosotros, cristianos de la postmodernidad que, por el Sacramento del Bautismo estamos insertos en “Cristo Profeta, Cristo Sacerdote y Cristo Rey”, debemos proclamar la verdad, “a tiempo y a destiempo”, como nos exhorta San Pablo, para que se establezca el reinado de Cristo.

Recordemos a tantos mártires que, al ser ejecutados por odio a la fe, gritaron: “Viva, Cristo Rey”.

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