3 de julio de 2024

Soy un sobreviviente, no una víctima

Después de más de un año y medio de haber sido declarada la pandemia, y cuando todo parecía que estábamos por salir de ella, resulta que una nueva “ola” vuelve a causar estragos en la salud de nuestra sociedad y, quizás también, entre nuestros amigos y familiares, obligándonos a mantener todavía la “sana distancia” que nos ha separado, tristemente, de la gran mayoría de las personas que tanto queremos.

Es innegable que la tecnología de nuestros días ha hecho más llevadera esta época de resguardo, pero nada sustituye el efecto acogedor de un abrazo y un beso o compartir presencialmente una comida, un brindis o una buena charla, además de disfrutar del cine en el cine o de asistir a una función de teatro o ver “en vivo” un buen espectáculo.

Poco a poco, hemos aprendido o nos hemos resignado a vivir con este virus, llamado COVID; sin embargo, espero no acostumbrarme a vivir sin los abrazos y besos de mi gente querida. La experiencia ha sido buena, pero dolorosa en algunas ocasiones, más he aprendido que, si la vida me pone obstáculos, los límites, los pongo yo.

El tiempo ha transcurrido de prisa para algunos, o ha sido muy lento para otros, sea como sea, si estás leyendo esto es porque eres un sobreviviente y no una víctima. Yo espero seguir siéndolo y le agradezco a Dios por esta gran oportunidad de vivir y seguir aprendiendo a vivir cada día con más paz y armonía, porque, cuando todo esto malo termine, sé que podré abrazar más, besar más, amar más.

Deja un comentario