por No solo en México, se honra a los difuntos. Diferentes culturas, y en casi todo el mundo, recordamos a nuestros seres queridos y afirmamos que hay una vida después de la muerte. No importa cómo le llamemos, ni cómo lo celebremos, es un día de alegría y festividad.
En México, esta celebración nace desde la época prehispánica y, con la llegada de los españoles, este ritual sufrió una modificación cultural, al unirse con la celebración del Día de todos los Santos.
Durante la persecución cristiana, por parte de los romanos, con la “Persecución de Diocleciano”, en el siglo IV, nace el Día de todos los Santos. Eran tantos los fallecidos que la Iglesia tuvo que agrupar a sus mártires en una sola festividad. Se menciona, desde el año 373, pero es, hasta el año 731, que el Papa Gregorio III establece la festividad, el 1° de noviembre.
Gracias a estudios históricos y antropológicos, se ha constatado que el Día de Muertos, en México, es una mezcla indígena, católica, precolombina, con una diversidad étnica y cultural llena de expresiones plásticas, artesanías y muestras del arte, tan rica, que la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad, desde el año 2008.
Halloween, contracción de All Hallows ‘evening, víspera del Día de todos los Santos, es realmente una festividad irlandesa, que comenzó a celebrarse con el sobrenombre de «Samhain», que significa «final de verano», por el cual, los ancestros paganos consideraban que, durante la noche del 31 de octubre, los espíritus de los muertos volvían a visitar el mundo de los mortales. Es una festividad en honor a la recolección de la cosecha y, también, indica el final del año. También, representa el momento en que las puertas del mundo físico y el mundo espiritual se abren, permitiendo la comunicación entre vivos y muertos.
En otras regiones del mundo, como Asia, también se honra a los antepasados y, en Filipinas, se hacen banquetes en los cementerios en honor a los difuntos.
En España, también se visitan los cementerios, se les llevan flores y se reúnen las familias a recordar a los que se han ido.
Al hacer una recopilación de todas estas festividades, nos damos cuenta de que todas tienen algo en común: La vida después de la muerte, lo que los católicos llamamos la Vida Eterna. Sí, la base de nuestra fe.
Entonces… ¿qué debemos de celebrar los católicos? ¿Están “peleadas” unas fiestas con otras? Desde mi punto de vista, todas nos unen, todas nos recuerdan que estamos invitados a ser santos, estamos invitados a la Vida Eterna.
https://www.cultura.gob.mx/turismocultural/publi/Cuadernos_19_num/cuaderno16.pdf
https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-de-todos-los-santos
