24 de abril de 2025

La escalinata de Jacob

En la Palabra, encontramos muchos “tips” para vivir, como la escalinata de Jacob:  “Jacob tuvo un sueño. Soñó con una escalera apoyada en tierra, cuya cima tocaba los cielos, y vio que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Vio, también, que Yahvéh estaba sobre ella y que le decía: -Yo estoy contigo; te guardaré por donde vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré, hasta haber cumplido lo que te he dicho-“.   (Gn. 28,12-13.15).

Esta escalinata nos enseña a llevar una vida hacia Dios. Dios promete protegernos y acompañarnos en el camino, pero necesita una respuesta activa por parte de nosotros. Esta escalera de Jacob es esa respuesta a Dios.

Primero, la infancia espiritual, haciendo una ruptura con el mundo. El desapego voluntario de los lugares y de las personas, permite una relación más profunda con Dios. Se va desarrollando la obediencia y, mediante la  humildad, se va confiando la vida a Dios.

Segundo, el combate espiritual contra las pasiones. Las pasiones no son malas, por sí mismas, son malas por el mal uso de la libertad. Cierran el camino del hombre hacia Dios, por la desobediencia y el orgullo, que rompen con la armonía y relación con su creador. Es la lucha contra las pasiones, para transformarlas en positivo, en virtudes.

Tercero la perfección humana. Consiste en llegar a la quietud del alma, a la paz espiritual. Es la  simplicidad, humildad y discernimiento.

Cuarto y último escalón, la embriaguez espiritual,dedicado a la supremacía de la Trinidad: fe, caridad, figura de la unión matrimonial con Dios. El fuego, que es el Espíritu Santo, nos reorienta hacia Dios, unido a nuestras fatigas. Y la fuerza de la caridad es la esperanza,

¿Qué me dice a mí esta escalinata? La escalinata de Jacob nos enseña la disposición espiritual de las virtudes. Es un símbolo de la vida bautismal de la vida del cristiano, es un signo que nos muestra lo que es vivir como bautizados, en comunión con Cristo, con su muerte y resurrección.

Pidamos, al Espíritu Santo, ser capaces de dar pequeños pasos diarios en el conocimiento de Jesús, abrir el propio corazón y escalar por el corazón de Jesús. Amén.

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