por Para no dejarnos solos, Dios puso a nuestro lado a un ángel custodio que nos sostiene, defiende y nos acompaña en la vida.
A nosotros nos corresponde aprender a percibir su presencia escuchando sus consejos, con la docilidad de un niño, para mantenernos en el camino justo hacia el paraíso y en la que decimos al Señor: “Cuando, por su desobediencia, el hombre perdió tu amistad, tú no lo has abandonado”. El Papa Francisco comentó que, cuando Adán fue expulsado del paraíso, el Señor no lo dejó solo.
El libro del Éxodo (23, 20-23) dice que: Dios siempre envió ayuda y dijo: «Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado». El Señor, nunca abandonó a su pueblo sino que caminó con él, con ese hombre que había perdido la amistad con Él: el corazón de Dios es un corazón de padre y nunca abandona a sus hijos.
La liturgia de hoy, nos hace reflexionar sobre esto y en el modo especial en que el Señor nos envía a los ángeles custodios. Cada uno de nosotros, explicó Francisco, “tiene un ángel que lo acompaña”.
El ángel de la guarda camina con nosotros, recordó el Papa, haciendo referencia a la expresión del Éxodo: «Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado».
El ángel custodio “está siempre con nosotros y esto es una realidad: es como un embajador de Dios con nosotros”, nos dice Francisco. El señor nos sugiere :“Hazle caso y obedécele”, escucha su voz, porque Él nos aconseja.”
El Papa nos invita a pedir a Jesús la gracia de que en el camino de la vida seamos sostenidos por su ayuda para luego gozar, con ellos, en el cielo.
