1 de julio de 2024

¿Cuántas oportunidades nos da Dios?

¿Acaso tenemos la delicadeza de escuchar, sentir o ver a Dios, día con día? ¿O es necesario tocar fondo para recordar que Él esta en nuestra vida, a cada momento?

Creo que Él nos permite caminar por los rumbos que nosotros elijamos, pues todos ellos siempre llegarán a Él, de una u otra forma. A veces, no tenemos la capacidad de darnos cuenta que, incluso en una mala racha, podemos conocerlo y, a veces, es cuando, si nos lo permitimos, es más fácil reconocerlo, pues es ese momento en el que empezamos a valorar lo verdadero de la vida, dejando a un lado lo material y las cosas que nos distraen de Él.

Todos podemos tener primeras, segundas y hasta terceras oportunidades, porque Dios es nuestro Padre y es bueno con todos; pero está, en cada uno de nosotros, el darnos cuenta de ellas para saber aprovecharlas.

Podemos estancarnos, en el mismo lugar, pensando que ahí estamos bien o que no hay otras opciones, porque nos ciega el miedo, la soberbia, el orgullo, entre otras tantas cosas, porque dejamos pasar las señales de amor de Dios.

Todo puede ser una manifestación de Dios, un artículo que de pronto llega a tus manos, una canción que sintonizas en la radio, un cartel con alguna imagen pegado en la calle, una palabra de un buen amigo o hasta la sonrisa de un extraño, sin dejar de mencionar las caricias de nuestros seres queridos y un lindo amanecer o hasta un día lluvioso.

¿Quién no ha tenido un día, semanas, meses o años, donde pareciera que nos llueve sobre mojado y, en vez de ver lo positivo y las grandes enseñanzas, solo nos alcanza para ver los limitantes puntos negros?

Ahí, justo ahí, es el momento de dejar la soberbia atrás y estar atentos a los mensajes que nos ofrece Dios en el camino; tal vez, solo estemos esperando lo que nosotros queremos, no lo que Dios quiere para nosotros. Ten por seguro que eso siempre será para nuestro bien, así que, si queremos dejar de caer en el mismo bache, abramos los sentidos al amor de Dios y permitamos que Él actúe a través de nosotros, nunca habrá un camino incorrecto o de tristeza, si nos dejamos guiar por Él.

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